El Papa Francisco ha dirigido una emotiva carta a los católicos de Oriente Medio, mostrando su cercanía y solidaridad con todos los que sufren las consecuencias de la guerra. En su mensaje, denuncia la «vergonzosa incapacidad» de la comunidad internacional y de los países poderosos para poner fin a los conflictos. “La mecha del odio que estalló hace un año no se ha apagado”, escribe, refiriéndose al brutal ataque de Hamás contra Israel y la subsiguiente escalada de violencia.
Cercanía y Solidaridad en Medio del Conflicto
El Pontífice expresa su profunda conexión con los desplazados, las madres en duelo, los niños que han perdido su infancia y todos los afectados por la guerra. “Estoy con ustedes…”, repite Francisco, enfatizando su cercanía a aquellos que no tienen voz y sufren las consecuencias de conflictos provocados por los poderosos. En el aniversario del ataque que desencadenó la violencia, el Papa subraya la urgencia de apagar esta «mecha de odio» que sigue encendida.
Denuncia y Llamado a la Paz
En su carta, Francisco no escatima en críticas hacia los líderes internacionales por su incapacidad para detener la tragedia de la guerra. “La sangre corre, como lágrimas; aumenta la ira y el deseo de venganza”, señala, lamentando que pocos se interesen realmente en lo que la gente necesita: diálogo y paz. Reitera que la guerra es una derrota y que las armas solo destruyen el futuro.
Agradecimiento a un Rebaño Indefenso
El Papa dirige su mirada hacia los cristianos de Oriente Medio, a quienes llama «un pequeño rebaño indefenso, sediento de paz». Agradece su perseverancia en sus tierras y su capacidad de rezar y amar a pesar de todo. «Eres como una semilla amada por Dios», escribe, comparándolos con una planta que siempre encuentra su camino hacia la luz, simbolizando esperanza en medio de la oscuridad.
Testigos de una Paz Desarmada
Con un «corazón de padre», el Papa exhorta a estas antiguas Iglesias a ser «testigos de la fuerza de una paz desarmada». Destaca la importancia de la oración y el ayuno como «armas del amor que cambian la historia» y que pueden derrotar al verdadero enemigo: el espíritu del mal que fomenta la guerra.
Un Llamado a la Acción y a la Esperanza
Al final de la carta, Francisco reitera su cercanía a todos los afectados por la guerra. «Estoy cerca de ustedes, estoy con ustedes», escribe, enfatizando su solidaridad con los habitantes de Gaza, los desplazados y las madres que lloran a sus hijos. Agradece a todos aquellos que, en medio del conflicto, siguen siendo «hijos de la paz» y consuelan el corazón de Dios.
Gratitud y Bendición
El Papa extiende su agradecimiento a los obispos y sacerdotes que llevan «el consuelo de Dios a las soledades humanas», instándolos a servir a su pueblo con amor y dejar atrás divisiones y ambiciones. Con esta carta, Francisco busca no solo consolar a los fieles de Oriente Medio, sino también motivar a la comunidad internacional a tomar medidas concretas para alcanzar la paz.