El Papa a las autoridades civiles: Europa necesita a Bélgica para construir puentes hacia la paz

46º Viaje Apostólico: Bélgica

El Papa Francisco destacó la posición de Bélgica en el centro de Europa al reunirse con las autoridades civiles del país y denunció los abusos sexuales clericales como «la vergüenza de la Iglesia». Por Christopher Wells

En su discurso a las autoridades civiles en su primer día completo en Bélgica, el Papa Francisco elogió a Bélgica como un puente “entre el continente y las Islas Británicas, entre las regiones de habla germánica y francesa, y entre el sur y el norte de Europa”.

A pesar de su pequeño tamaño, dijo, Bélgica es “un puente que permite que la concordia se extienda y las disputas disminuyan”.

Europa necesita a Bélgica, continuó, para recordarle su historia de pueblos y culturas, catedrales y universidades, pero también de períodos oscuros de guerra, colonialismo y explotación.

“Europa necesita a Bélgica”, repitió el Papa Francisco, “para continuar por el camino de la paz y la fraternidad entre sus pueblos”.

El Santo Padre recordó a los líderes civiles presentes que “la paz y la armonía nunca se ganan de una vez para siempre”, sino que implican “un deber y una misión que deben emprenderse sin cesar, con gran cuidado y paciencia”.

El papel de la Iglesia

En su discurso a los líderes civiles, el Papa Francisco también destacó el papel de la Iglesia en “ayudar a todos a enfrentar los desafíos y dificultades, no con entusiasmo frívolo o pesimismo sombrío, sino con la certeza de que la humanidad, amada por Dios, no está destinada a colapsar en la nada, sino que está eternamente llamada a la bondad y la paz”.

También reconoció con franqueza que la Iglesia, en su misión, debe reconocer la “fragilidad y las deficiencias de sus miembros”, y los “dolorosos contra-testimonios” que aparecen a lo largo de la historia.


El Papa señaló especialmente “los trágicos casos de abuso infantil, que son una plaga en la Iglesia”, mientras enfatizaba el firme compromiso de la Iglesia para abordar el problema “escuchando y acompañando a los heridos, y mediante la implementación de un programa de prevención en todo el mundo”.

El Papa Francisco también recordó la práctica de “adopciones forzadas” que prevaleció a mediados del siglo XX, reconociendo que a menudo se llevaba a cabo con buenas intenciones.

Con respecto a estos y otros males que han ocurrido a lo largo de la historia, el Papa rezó “para que la Iglesia siempre encuentre dentro de sí misma la fuerza para traer claridad y nunca conformarse con la cultura predominante, incluso cuando la cultura usa, de manera manipuladora, valores derivados del Evangelio, sacando de ellos conclusiones inauténticas que causan sufrimiento y exclusión”.

Aprendiendo de la historia

El Papa Francisco concluyó sus observaciones con la oración “de que los líderes de las naciones, al mirar a Bélgica y su historia, puedan aprender de ella”.

Rezaba para que los líderes políticos trabajen por la paz y sepan “evitar el peligro, la desgracia y el absurdo de la guerra”.

El Santo Padre finalizó con una nota de esperanza, recordando el lema de su visita, “En route, avec Espérance”. En el lema, “Esperanza”, está capitalizada, dijo, precisamente para mostrar que la esperanza no es de importancia secundaria, sino que es “un regalo de Dios que llevamos en nuestros corazones”.

“Me gustaría dejarte, entonces, con el siguiente deseo para ti y para todos los que viven en Bélgica”, dijo. “Que siempre pidáis este don del Espíritu Santo y lo recibáis para caminar juntos con esperanza por el camino de la vida y la historia”.