En la audiencia general de esta mañana el Papa Francisco recordó a Europa las consecuencias de la migración en la zona del Mediterráneo instando a “una responsabilidad compartida por parte de todos, de la que ningún país puede eximirse, porque es un problema de la humanidad”.
Una humanidad herida
El Papa rememoró cómo durante su último 35º viaje apostólico a Chipre y Grecia pudo experimentar “una vez más la humanidad herida de los refugiados y migrantes”. “También vi cómo sólo unos pocos países europeos están soportando la mayor parte de las consecuencias del fenómeno migratorio en la zona del Mediterráneo, cuando en realidad requiere una responsabilidad compartida por parte de todos, de la que ningún país puede eximirse, porque es un problema de la humanidad”.
Francisco remarcó también que, “gracias a la generosa apertura de las autoridades italianas”, pudo traer a Roma a un grupo de personas que conoció en su último viaje apostólico. A ellos les dio la bienvenida, apuntando que “nos ocuparemos de ellos, como Iglesia, en los próximos meses. Es un pequeño signo, que espero sirva de estímulo para los demás países europeos, para que permitan a la Iglesia local hacerse cargo de otros hermanos y hermanas que necesitan urgentemente ser reubicados, acompañados, promovidos e integrados”.
Del mismo modo, el Pontífice se refirió a las numerosas iglesias locales, congregaciones religiosas y organizaciones católicas dispuestas a acogerlos y acompañarlos hacia “una integración fructífera”. Para finalizar, Su Santidad exhorta a que todo lo que se necesita es abrir una puerta, “¡la puerta del corazón! ¡No dejemos de hacerlo esta Navidad!”, concluyó.
Encuentro con niña del campo de Lesbos
La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha informado que, al final de la audiencia general, el Obispo de Roma ha saludado a la niña que conoció en el campo de Mavrovouni, en Lesbos, junto a su familia, que han llegado a Roma para recibir tratamiento gracias a la intervención del Santo Padre y a los esfuerzos de la Comunidad de Sant’Egidio.
En la catequesis de la audiencia general de hoy, Su Santidad ha centrado la meditación en la Navidad (Lectura: Lc 2,10-12). A lo largo de la misma indicó que “solo la humildad es el camino que nos conduce a Dios” y exhortó a tener “la conciencia de que para buscar a Dios, encontrar a Dios, aceptar a Dios hace falta humildad: mirar con humildad la gracia de romper el espejo de la vanidad, de la soberbia, de mirarnos a nosotros mismos”.