Se dice que el feminismo es el sistema destructivo más importante de la historia. Y lo es, en tanto que destruye el papel de la mujer como base y fundamento de la familia, como base y fundamento de la sociedad y de la reproducción de la especie. Destruido todo ello, el feminismo destruye, por tanto, a toda la especie humana.
Una de las neurosis que tiene el feminismo actual es que tiende mucho a la emocionalidad, y además se han dejado arrastrar por esta cultura de los medios de comunicación, sobre todo televisivos, de seguimiento de asesinatos y violaciones durante 24 horas al día. El feminismo se ha dejado llevar por toda esa corriente, y esa emocionalidad no ayuda al razonamiento, a poner límites.
El feminismo habla de la dictadura del patriarcado en occidente, eso es algo que actualmente es insostenible. No podemos comparar a las mujeres en España con las mujeres en Irán. Además, sería como negar o despreciar todo lo que hemos conseguido en democracia: las leyes, los derechos, la participación de la mujer en todos los estadios sociales que antes eran impensables.
El feminismo radical nace en contraposición al feminismo liberal. Este último describe la situación de las mujeres como una desigualdad, mientras que el feminismo radical la considera una opresión. Así mismo, mientras que el feminismo liberal aboga por una emancipación de las mujeres a través de una igualdad legal, el feminismo radical se reconoce revolucionario y entiende que las opresiones sufridas por las mujeres son mucho más complejas. Eliminarlas requiere un cambio en todos los niveles de la sociedad.
Este feminismo destructivo, abomina del hombre, el cual existe para explotar a la mujer, mientras que ésta es presentada como la víctima indefensa a la que el Estado debe proteger y promocionar, ya que ella sola es incapaz. Así que es preciso defender a la mujer del hombre, con leyes de violencia de género discriminatorias que criminalizan especialmente al varón en los conflictos familiares, con cuotas obligadas de mujeres en la administración y gestión de empresas e instituciones, independientemente de su capacidad.
La más alta función que puede asumir un ser humano, que es la de DAR VIDA, formar y educar a nuevos seres humanos en valores positivos y verdaderos, ha sido reemplazada por el feminismo y eliminada para dar paso a una mujer productora/consumidora/esclava, bien del Estado con el comunismo, bien del peor de los capitalismos globalistas, que es el que vivimos ahora.
Es fácil ver que un ser humano sin familia, rotos todos sus vínculos, aislado, abducido por las pantallas, esclavizado por sus pasiones, encadenado por la tecnología, tal individuo es el ser más manipulable y dócil que ha conocido la historia.
El feminismo en su progresismo ideológico, niega lo natural cuando conviene y lo afirma cuando le sirve para otros fines. El progresismo posmoderno niega la naturaleza al defender el aborto y la eutanasia, y cuando impone determinadas ideologías por la fuerza de las armas, o del dinero, o de ambos sobre los individuos. Pero, por otra parte, idolatra a la naturaleza cuando pretende la extinción del ser humano para que no contamine el planeta.
Un tremendo sin sentido.
Juan Andrés Segura – Colaborador de Enraizados