Una encíclica es una carta formal y circular que el Papa envía a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Se trata de un instrumento por medio del cual el Papa expone su enseñanza y la doctrina católica, que tiene fundamento en la sagrada escritura y en la tradición de la Iglesia y que aborda temas de fe, moral o de actualidad eclesial y mundial, para iluminar, guiar y animar en la experiencia religiosa – especialmente – a ministros ordenados y a laicos del mundo católico.
El Papa Francisco ha escrito cuatro cartas encíclicas. La cuarta, titulada “Dilexit nos” (“Nos amó) fue publicada el pasado 24 de octubre del 2024 y trata sobre EL AMOR HUMANO Y DIVINO DEL CORAZÓN DE JESUCRISTO. Sobre esta encíclica reflexiono en este artículo.
Aunque durante sus once años de pontificado hay quienes han pretendido – desde distintos bandos y por distintos intereses – encasillar el magisterio del Papa Francisco como conservador o como liberal, como de derecha o de izquierda; la verdad es que el primer Papa jesuita y latinoamericano no admite clasificaciones ni rótulos prefabricados. Y si alguna etiqueta le cabe y sería la justa para su talla humana, cristiana y pastoral es la de ser un Papa apegado a la esencia del evangelio de Jesucristo.
Durante todo su ministerio y magisterio petrino, Francisco exhorta y nos anima a todos a volver al evangelio, a conectar con la enseñanza de Jesús, a replicar en nuestras vidas el estilo de vida del de Nazaret y a vivir nuestra vida en la búsqueda de construir el mismo propósito y empeño que animó la vida de Jesús: hacer presente en el mundo el reinado de Dios, su soberanía.
Ese empeño permanente, ceñido al meollo del evangelio, vuelve a mostrárnoslo con creces Francisco en “Dilexit nos”. Porque si la vida cristiana consiste en experimentar el amor de Dios Padre por nosotros, revelado en los hechos y palabras del Hijo, para – de ese mismo amor y en la misma medida – amarnos los unos a los otros como hermanos, hijos del mismo Padre, entonces ésta, su cuarta encíclica, versa sobre la entraña y médula misma de la vida y enseñanza del Maestro de Nazaret, a quien confesamos nuestro “Camino, Verdad y Vida” y sobre el itinerario de fe de todos los discípulos de Cristo.
Porque Dilexit nos, trata del amor de Dios, de su voluntad y mandato para todos, hecho síntesis en la vida de Jesús: el mandamiento nuevo del amor. Mandamiento del amor que es programa de vida para cada discípulo y camino para construir el mundo según el querer de Dios.
Dilexit nos, está estructurada de la siguiente manera: 220 numerales que corresponden a una introducción, a una conclusión y a cinco grandes capítulos, así:
- El primer capítulo se titula: LA IMPORTANCIA DEL CORAZÓN (números 2 al 31), en él, el Papa presenta el amor de Dios Trino, manifestado en el Sagrado Corazón de Jesús, como el centro de la vida cristiana y eclesial; amor que urge ser experimentado, vivido y compartido hoy por todo ser humano y por toda la humanidad. El Papa reflexiona, además, sobre la importancia del corazón humano, centro de la persona y sobre la transformación que el amor de Dios, por Jesús, opera en él.
- El segundo capítulo se titula: GESTOS Y PALABRAS DE AMOR (números 32 al 47) y presenta los gestos, la mirada y las palabras del Corazón de Jesús, consignados en los evangelios, que revelan el amor de Dios por nosotros y que son origen y fundamento de nuestra fe cristiana.
- El tercer capítulo se titula: ESTE ES EL CORAZÓN QUE TANTO AMÓ (números 48 al 91). Aquí, el Papa profundiza en el significado teológico del Sagrado Corazón de Jesús, de su relación con Dios Trino – comunidad de amor – y la importancia de la devoción al Sagrado Corazón, símbolo del amor de Dios por nosotros.
- El cuarto capítulo se titula: AMOR QUE DA DE BEBER (números 92 al 163). Mediante la lectura de textos de la sagrada escritura, de la tradición de la Iglesia y de personajes importantes en ella, el Papa encuentra y presenta el amor de Dios como origen, centro y motor de la vida eclesial, llamada a ser signo del amor de Dios en el mundo, siendo comunidad de amor, de perdón y de servicio para todos.
- El quinto y último capítulo se titula: AMOR POR AMOR (números 164 al 216) y en él, el Papa aborda grandes retos de la humanidad y nos exhorta y anima a la experiencia cotidiana y permanente del amor de Dios como respuesta sanadora y salvadora a esos grandes desafíos.
A manera de conclusión, me hago eco de la misma conclusión del Papa en su encíclica: invito a todos a conocer, leer y a vivir la enseñanza de esta encíclica. Es decir, a amar a todos con el mismo amor con el que Dios nos ama. Con la conciencia de que el mal y males de nuestras historias personales, familiares y sociales tienen siempre, como origen y causa común, la ausencia del amor de Dios en nosotros.
Y, al mismo tiempo, que la construcción de una vida, una sociedad y un mundo feliz y mejor sólo es posible mediante las relaciones humanas fundadas en el amor de Dios vivido y compartido entre todos nosotros.
Para lo cual urge, ante todo, ser capaces de experimentar el amor de Dios en el cada día de nuestras vidas. Amor que nos da la vida, que nos anima, que nos perdona, que no nos olvida, que no nos abandona, que nos sostiene, que nos da certeza, verdad y confianza, que nos da alegría y esperanza, porque Él nos amó primero (1 Jn 4,19).