Al término de la oración del Ángelus del domingo 18 de febrero, el Papa Francisco recordó que por la tarde comenzaría los Ejercicios Espirituales de Cuaresma «con los colaboradores de la Curia» e invitó a todos los fieles «en este tiempo de Cuaresma y a lo largo de este año de preparación al Jubileo, que es el Año de la Oración, a dedicar momentos específicos para recogerse en la presencia del Señor».
Vatican News ofrece esta semana en sus cuentas de redes sociales (X, Facebook, Instagram y WhatsApp) una reflexión al día del cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia: «Me han pedido que comparta con ustedes, durante seis días, una reflexión de aproximadamente un minuto. Hay, en el mundo, pocas palabras capaces de decir en un minuto lo suficiente para llenar un día y, de hecho, una vida: las que salen de la boca de Jesús. Se las propondré una a la vez, rogándoles que las ‘mastiquen’ durante todo el día, como una especie de goma de masticar del alma», dice el cardenal capuchino en el primer vídeo difundido este lunes.
La reflexión del cardenal
Su reflexión se centra en la pregunta: «¿Qué buscas?». «‘¿Qué buscas? Recuerden la continuación. Ellos respondieron: ‘Maestro, ¿dónde vives?’. Y él: ‘¡Vengan y lo verán!’ (Jn 1,38-39). Pero ahora sólo nos interesa la pregunta de Jesús: ‘¿Qué buscan? ¿Te has hecho alguna vez, hermano o hermana en escucha, la pregunta: ‘Qué busco en la vida’? Si no encuentras inmediatamente la respuesta, te la sugeriré yo. Buscas lo que todo el mundo busca: ¡la felicidad! Antes que Freud, San Agustín lo había comprendido: «Todos -decía- queremos ser felices». Pero, a diferencia de Freud, también daba la razón de este «impulso» universal: «Nos has hecho para ti», le dice a Dios al comienzo de sus Confesiones, «y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti». Examínate a ti mismo, hermano o hermana, y mira si no es ésta la explicación de tantas de tus penas y desasosiegos, es decir, en haber buscado el agua en cisternas agrietadas en vez de en la fuente de agua viva que es Dios (cf. Jeremías 2, 13)’.