Monseñor Thomas Anthony Daly, obispo de la ciudad de Spokane, Washington, y presidente del Comité de Educación de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), ha escrito un mensaje con motivo de la celebración anual de la Semana Nacional de las Escuelas Católicas, que finalizó el pasado 5 de febrero, en el que reconoce la gran labor que las escuelas católicas realizan con el alumnado.
Aportes de la educación católica
El prelado californiano apunta que estos centros “proporcionan a la nación un modelo de educación y formación que comienza con una comprensión profunda y completa de la naturaleza de la persona humana, y ve como su fin el florecimiento, y en última instancia, la salvación de cada persona”.
Y también que “forman a los alumnos en la humildad, la sabiduría y la virtud para que puedan reconocer y amar lo que es verdadero, bueno y bello. Esto se convierte en el fundamento de una vida ordenada al servicio de Dios y de los demás, una libertad en Cristo que el mundo por sí solo no puede proporcionar”.
Seguidamente, tras aplaudir al Congreso por su reconocimiento del impacto de la educación católica en la sociedad, Daly explica que esta enseñanza “inculca el amor a la comunidad y a la patria con graduados que contribuyen a la sociedad civil en todos los niveles, sobre todo entre los líderes de nuestra nación, incluso en los niveles más altos del gobierno y del servicio público”.
Reconocimiento de Congreso y Senado
Según el comunicado, la resolución bipartidista de la Cámara (aportes presentados por Darin LaHood y Richard Neal) y el Senado (representados por los senadores Pat Toomey y Bob Casey) de la nación destaca los valores añadidos aportados por las escuelas católicas y por ello resuelve en su favor el apoyo a “la dedicación de las escuelas católicas, los estudiantes, los padres y los profesores de todo Estados Unidos hacia la excelencia académica, y el papel clave que desempeñan en la promoción y la garantía de un futuro más brillante y más fuerte para la Nación”.
Los datos actualizados de la Asociación Nacional de Educación Católica (NCEA) muestra que la inscripción de estudiantes de escuelas católicas para el año escolar 2020-21 es de casi 1.650.000 en más de 6.000 escuelas, incluyendo el 21,4 por ciento de estudiantes de minorías raciales, el 18,6 por ciento de herencia hispana y el 20,1 por ciento de familias no católicas. Desafortunadamente, indican, la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto devastador en las escuelas católicas, y más de 200 escuelas han cerrado permanentemente en 2020, y 71 escuelas cerraron permanentemente en 2021.
