Ante la grave crisis carcelaria que vive Ecuador, los obispos de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana llaman a todo el pueblo de Dios al cese de la violencia y la muerte, a “valorar la vida humana” y “a tomar conciencia de que el ser humano no es un objeto desechable o descartable, algo que se puede usar y botar”.
Mediante un comunicado difundido el domingo 3 de octubre de 2021, los prelados alzaron su voz y lamentaron los hechos suscitados en la Penitenciaria del Litoral, donde el martes 29 de septiembre fueron asesinados 119 privados de libertad y otros 80 resultaros heridos.
Convertir sus aras en arados y balas en semillas de vida
Asimismo, señalaron que cada fallecido “es un campanazo a nuestras conciencias para reflexionar sobre qué mundo estamos construyendo, qué sociedad queremos: la de unos enfrentándonos a los otros o de la unidad en la búsqueda de un bien para todos, sin dejar a nadie en el camino”.
En cuanto a los actos de violencia, “a quienes han participado en esta masacre”, que “cesen la violencia y el mercado de la muerte; y que conviertan sus armas en arados y las balas en semillas de vida”. “Nuestra cercanía y solidaridad con los familiares de las víctimas, como también la decisión de acompañarlos moral y espiritualmente para que vivan estos momentos de duelo con fe y paz y puedan perdonar a quienes acabaron con sus existencias”, apuntaron.
Finalmente, propusieron durante todo el mes de octubre, y de manera especial el 2 de noviembre, día en que la Iglesia celebra la solemnidad de los Santos Difuntos realizar una jornada de oración y reflexión sobre el valor de la vida humana en todas sus expresiones.
“Queridos hermanos, les invitamos a construir una cultura de paz, basada en la justicia, el amor, la equidad y la solidaridad”, concluye el texto.
Tras el rezo del Ángelus del domingo 3 de octubre de 2021, el Papa Francisco expresó su tristeza por lo “sucedido en los pasados días en la cárcel de Guayaquil, en Ecuador. Una terrible explosión de violencia entre detenidos pertenecientes a bandas rivales ha provocado más de cien muertos y numerosos heridos. Rezo por ellos y por sus familias”.
Los hechos
Según informa el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en una nota, el pasado 29 de septiembre un enfrentamiento entre bandas rivales en el Centro de Privación de Libertad Número 1 de Guayaquil, acabó con la vida de al menos 119 personas y dejó otras 80 heridas.
Al parecer las víctimas murieron por efecto de las detonaciones de granadas de fragmentación y heridas causadas por armas de fuego, situaciones que se presentaron en diferentes pabellones de la prisión. Un acontecimiento que puede calificarse como el más sangriento en la historia carcelaria de Ecuador.
Al respecto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos asegura que esta no es la primera masacre que se presenta en un centro carcelario durante el presente año. Sus registros hablan de más de 200 muertes durante hechos violentos en diversas prisiones del país. Razón por la cual el organismo estableció un plazo de cinco días para que el gobierno ecuatoriano presente información clara sobre la situación de las personas privadas de la libertad y la crisis en los diferentes penales.
Por su parte el gobierno ecuatoriano liderado por el presidente Guillermo Lasso, declaró el estado excepción en el sistema penitenciario. Esto significa, entre otras medidas que durante los próximos 60 días tanto militares como policías podrán ingresar a las cárceles para desmantelar las bandas criminales que luchan por mantener el control interno de las prisiones.
Factores en contra
De acuerdo a la misma fuente, se calcula que este sería el tercer motín en una cárcel ecuatoriana en 2021, tras los ocurridos en los meses de febrero y julio cuyo balance fue de 79 y 22 muertos respectivamente. Dentro de las principales causas de las revueltas está la lucha por el poder que libran bandas como Los Choneros, relacionados con el cartel de Sinaloa; Los Tiguerones, Los Lobos y Los Lagartos que a su vez tienen nexos con el también mexicano, cártel de Jalisco Nueva Generación.
Las bandas ecuatorianas son subcontratadas por organizaciones criminales de carácter internacional que lideran el tráfico de estupefacientes y toman el territorio ecuatoriano como un punto estratégico para el transporte de sustancias hacia Estados Unidos y Europa.
Igualmente está la corrupción de las autoridades responsables de los centros carcelarios, situación que en el año 2006 la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) denunció en su informe sobre la “Crisis del Sistema Penitenciario en Ecuador” y según el cual en las cárceles del país andino existe un sistema de corrupción que involucra a los funcionarios e internos de los centros carcelarios en actividades ilícitas.
