Los obispos de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana han emitido un comunicado mostrando su preocupación tras la masacre perpetrada en una cárcel de Guayaquil el pasado sábado 13 de noviembre de 2021, que se saldó con 68 presos asesinados y unos 25 heridos, según ha informado el propio episcopado.
Una violencia que no termina en las cárceles
Ante este suceso, monseñor Rafael Cob, vicario apostólico del Puyo ha querido expresar que esta violencia no acaba en las cárceles de Ecuador y concretamente la de Guayaquil, “donde el control de la misma no lo tiene la policía en su interior sino los propios presos, algo muy grave ha sucedido, y la causa que todos coinciden es el narcotráfico, que mueve a las bandas rivales existentes dentro y fuera de la cárcel”.
Por este motivo, añade que “la violencia inhumana y sádica, se apodera de las mentes de delincuentes y reos, violencia que rebasa todos los límites que el ser humano puede imaginar”. De este modo, el vicario pregunta cuál es la raíz de esa violencia, la respuesta la explica: “El dios dinero que mueve los hilos de tanta gente de todos los estratos sociales, ricos y pobres.
Respecto a esta cuestión el episcopado no entiende cómo se puede llegar a “estos extremos y que un gobierno no pueda hasta hoy cortar y parar esta violencia, que tanto dolor y muerte está produciendo en nuestro país”. Ante estos hechos, el vicario expresa que cuando “el ser humano ha perdido la conciencia de no respetar el primer derecho sagrado, como es la vida humana de un ser semejante a él, cuando se ve al otro como el enemigo al que hay que odiar y eliminar porque amenaza mi territorio, se enciende la espiral de violencia, fuego que parece imposible apagar”.
Una “situación grave” para el gobierno y para todo el país
Asimismo, el mensaje alude a que esta situación es un problema grave para el gobierno y para todo el país y por ello, “no podemos dar treguas o estados de excepción provisional”, ya que “son políticas de estado las que tienen que aplicarse con urgencia y prioridad por encima de otros problemas económicos o sociales, la vida y la paz es lo primero para la vida de un pueblo”. Por otro lado, el texto resalta la importancia de la conciencia social del pueblo “que reflexionen sobre la situación y no nos conformemos con decir que el gobierno es el responsable del orden en las cárceles”. Añade que “si puede ser responsable pero ello no nos quita a todos, a que asumamos también como ciudadanos nuestra responsabilidad.
Por último, monseñor Rafael Cob manifiesta: “No entendemos cómo se puede llegar a estos extremos y que un gobierno no pueda hasta hoy cortar y parar esta violencia, que tanto dolor y muerte está produciendo en nuestro país. El comunicado concluye con un mensaje de unión para que entre todos miremos “por el bien común antes que el propio, que nos preocupamos de cuidarnos unos a otros”, alertando sobre los peligros que se corren cuando “nos metemos por caminos que llevan a la violencia y a la muerte, si con valentía no permitimos el soborno y la corrupción y denunciamos cuando son violadas las leyes en contra del abuso y los derechos de los más vulnerables”.
