Ya como una tradición, nuestra Asociación Apostolado de la Divina Misericordia de Valencia, viene preparando la jornada con esmero, hasta el último detalle, para celebrar con nuestros hermanos “sin hogar”, una jornada de fiesta, alegría y fraternidad.
Meses antes de la celebración de la jornada, nuestra asociación, venía elaborando un programa de actividades que se llevaron a cabo durante todo el fin de semana. Por cuarto año consecutivo, la parroquia San Francisco de Borja de Valencia, sede de nuestra asociación, acogió una cena solidaria, que fue un anticipo a todo lo que se vivió el domingo. Una cena, que tuvo como fin, recoger fondos para sufragar la jornada dominical; un buen momento para dar a conocer los objetivos de nuestra misión socio-caritativa y evangelizadora a quienes aún no nos conocen y que, a través de los medios de comunicación social, han llegado hasta nosotros.
El sábado 12, la comunidad parroquial, celebró la “Eucaristía con las familias”. Los más pequeños, junto a sus padres, abuelos y familiares, pudieron llegar a concienciarse de que otras familias y niños, viven en situaciones de precariedad y que es necesario ser solidarios con quienes menos tienen. Nuestro presidente, el sacerdote Don Pedro Miret Giner, en la homilía, haciendo suyo el mensaje del Papa Francisco para esta jornada, explicó a los niños, que ser solidario, es dar de lo poco que uno tiene, a quien no tiene nada.
Finalmente llegó el domingo. No tendríamos palabras para describir todo lo que vivimos. En nuestro corazón, quedarán para siempre, el centenar de sonrisas, lágrimas y emociones que se vieron reflejadas en los rostros de cada uno de nuestros hermanos más pobres, aquellos a los que atendemos, semana tras semana, en el ejercicio de nuestro apostolado.
La jornada empezó temprano, alrededor de una veintena de jóvenes voluntarios de nuestra asociación, algunos de ellos impulsados por Erasmus Student Network (ESN), prepararon cada detalle al milímetro: luces, sonido, mesas, sillas, manteles, cubiertos, bebida, comida, regalos y un largo etcétera, todo con cariño, para poder hacer sentir, de la forma más acogedora posible, a nuestros invitados.
A partir de las 11 horas iban llegando los protagonistas de la jornada, algunos solicitaron poder ducharse por turnos y cambiarse de ropa, para prepararse para la celebración de la eucaristía, que tuvo lugar a las 12:00h. y fue presidida por nuestro presidente, quien supo agradecer en nombre de la asociación, la participación, en gran número, de hermanos pobres. “La Iglesia acoge a todos, y lo hace con misericordia. La Iglesia no hace distinción de personas, cultura o religión”, afirmó don Pedro en su homilía, en la que también quiso presentar, la labor evangelizadora y socio-caritativa que realiza nuestra asociación, gracias a los socios y voluntarios, que dedican su tiempo y colaboran con generosidad para llevar a cabo las obras de misericordia a pie de calle, entre los pobres, los enfermos, los afligidos y aquellos que no conocen a Dios y se sienten tristes, desconsolados y sin esperanza.
Tras la Santa Misa, tuvo lugar la comida de fraternidad, a la que también se incorporaron otros hermanos nuestros, procedentes de distintos países. Los pobres en torno a la mesa, compartiendo experiencias con la juventud, que de forma cariñosa, les servía las raciones de comida caliente, bebida y postre. Sin lugar a dudas, un servicio que dejará profunda huella en el corazón de cada uno de los participantes.
Después de comer, los jóvenes voluntarios de Erasmus Student Network (ESN) prepararon numerosas actividades lúdicas, con bailes y karaoke, para vivir una tarde agradable y en familia. Los niños, a media tarde, pudieron compartir una merienda, preparada por los jóvenes. A los adultos, se les entregó como regalo de la jornada, una bolsa con una muda de ropa y un lote de productos de higiene de primera necesidad.
Para finalizar la jornada, después de haber interpretado canciones y bailes regionales, de las distintas nacionalidades allí congregadas, la cantante polaca Flora Ćwirko, nos deleitó con un fantástico concierto de música, algo que gustó mucho a los participantes y sirvió como broche oro de la jornada.
Damos gracias a Dios, en primer lugar, por el inmenso don que nos ha regalado, de poder vivir junto a nuestros hermanos más pobres, una jornada de nuevo histórica para nuestra asociación. Gracias a la junta directiva, al Hno. Israel de María, a los socios, a los jóvenes voluntarios de Erasmus Student Network y a todos los que de una manera o de otra, han colaborado para que pudiéramos vivir de la mejor manera posible, la VI Jornada Mundial de los Pobres. Nos vemos en la séptima edición.