Día Mundial de la Salud 2021: Mensaje del cardenal Turkson

“Construir un mundo más justo y saludable”

Día Mundial Salud 2021
Salud © Pexels-Anna Shvets

El cardenal Peter K. Turkson, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, ha emitido un mensaje con motivo del Día Mundial de la Salud 2021, celebrado cada año el 7 de abril.

Se trata de una jornada establecida por las Naciones Unidas en 1948 con el objetivo de concienciar sobre temas de urgencia y prioridad en el mundo de la salud, que este año tiene como lema “Construir un mundo más justo y saludable”.

Eliminar desigualdades

Según el resumen ofrecido por Vatican News en español, el cardenal alude en su mensaje la urgencia de trabajar para eliminar las desigualdades en el acceso a la salud y resalta que “la pandemia ha exacerbado la gran brecha existente entre los países más favorecidos y los que lo son menos, en el acceso a la asistencia sanitaria y a los tratamientos”. Así, remitiendo a las palabras del Papa Francisco, espera que “la armonización del derecho a la protección de la salud y del derecho a la justicia se garantice mediante una distribución equitativa de los establecimientos sanitarios y de los recursos financieros, según los principios de solidaridad y subsidiariedad”.

Con el fin de responder mejor a estos principios ético-morales, el prefecto anima “en primer lugar, a repensar el concepto de salud, como salud integral”. Para lograr un mundo “más justo y saludable” es necesario “adquirir una visión diferente de la salud y los cuidados humanos que tenga en cuenta las dimensiones física, psicológica, intelectual, social, cultural y espiritual de la persona”.

“Los que asisten a los enfermos y a los que sufren deben tener esta visión de conjunto, inspirándose continuamente en una visión integral de la asistencia: los agentes sanitarios y pastorales unánimes para la salud integral de sus huéspedes”, agrega.


En la experiencia actual de la pandemia “la humanidad redescubre el sentido de la interdependencia mutua: una casa común, para un cuidado común de la creación y de las personas que la habitan. En la verdadera fraternidad, el individualismo y el egoísmo pueden ser derrotados por la reconfirmación de que sólo la búsqueda del bien de todos puede conducir a mi bien. La pandemia, en particular, nos ha enseñado que la salud es un bien común, de modo que protegiendo la propia salud se protege la de los demás y la de toda la comunidad”, se lee en el texto.

Después, el prelado se refiere a la atención a la salud mental, puesta a prueba fuertemente en este periodo de pandemia. En este sentido, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha elaborado un documento, que puede consultarse en su página web, titulado: “Acompañamiento de las personas en situación de malestar psicológico en el contexto de la pandemia del COVID-19. Miembros de un solo cuerpo, amados por un solo amor”. En él se plantean algunos puntos de reflexión a quienes están cerca de las personas afectadas por la pandemia y a todos los que los acompañan tanto en el seno de sus familias como en las estructuras sanitarias.

Cobertura sanitaria universal

En cuanto a los los trabajadores sanitarios, el purpurado pide que los gobernantes y los responsables de las políticas económicas y sanitarias les garanticen mejores condiciones de trabajo: “Esto requiere inversiones económicas mesuradas, prudentes y éticas, destinadas a acompañar el desarrollo del potencial humano; igualmente indicada es la formación de los trabajadores sanitarios en la salud integral como bien de las personas y de la comunidad; esto exige la promoción de la prevención, el cuidado y la pedagogía para una educación en salud integral”.

Para ello, se lee en el texto, se precisa “una mayor atención a las instituciones sanitarias, especialmente a las que no cuentan con el apoyo financiero del Estado, como las de la Iglesia y las comunidades de fe, que, en diversos rincones de la tierra, a menudo remotos, representan el único medio de garantizar el acceso a la atención sanitaria”.

El cardenal concluye su mensaje apuntando que “una mayor equidad en la protección de la salud en el mundo sólo puede lograrse mediante un renovado compromiso moral de los países con mayores recursos con los países más necesitados”. Es deseable que se garantice “la cobertura sanitaria universal a todos los individuos y a todas las comunidades”, un “objetivo urgente que hay que alcanzar para construir un mundo más justo y saludable, un mundo mejor, un mundo de paz que soñamos y creemos que todavía es posible”.