Con motivo del 110º aniversario del Día Internacional de la Mujer, la Embajada de Australia ante la Santa Sede organizó un seminario web titulado: “Un futuro igualitario en un mundo COVID-19: Campeones del Cambio Escogen el Desafío” celebrado el lunes 8 de marzo de 2021.
Recibidos por la embajadora Chiara Porro, los oradores invitados fueron el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos; la Dra. Francesca Di Giovanni, subsecretaria para el Sector Multilateral en la Sección de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano; Mons. Paul Tighe, secretario del Consejo Pontificio para la Cultura; y la Hna. Alessandra Smerilli, coordinadora del Grupo de Trabajo de Economía de la Comisión COVID-19 del Vaticano.
El evento, disponible en inglés e italiano, también acogió las observaciones de la hermana francesa Nathalie Becquart, a quien el Papa Francisco nombró como una de las dos subsecretarias de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos. Esta función tiene derecho a voto, lo que convierte a la hermana Nathalie en la primera mujer que vota en un Sínodo.
Agradecimiento por grandes pasos y mirada al futuro
La embajadora Porro abrió el evento, donde reiteró el lamento del Papa Francisco contra la indiferencia en medio de las injusticias. Elogió las recientes formas en que el Papa Francisco ha nombrado a mujeres competentes en funciones de liderazgo.
En concreto, citó el nombramiento de la Dra. Di Giovanni como subsecretaria de la Secretaría de Estado del Vaticano, lo que la convierte en la primera mujer que ocupa un puesto directivo en la Secretaría; el de Barbara Jatta, como directora de los Museos Vaticanos; el número de mujeres nombradas recientemente en el Consejo de Economía; el de la primera mujer promotora de justicia en el Tribunal de Apelación del Vaticano; y el nombramiento sin precedentes de Sor Nathalie, con derecho a voto, en el Sínodo.
La embajadora australiana subrayó la importancia de continuar esta tendencia de reconocimiento y de aprender de las mejores prácticas de los demás. Compartió, por ejemplo, cómo ha merecido la pena que su propio país fomente el crecimiento y el reconocimiento de las mujeres, citando que al menos el 40% de los embajadores o jefes de misión australianos son mujeres, y cómo este apoyo ha sido significativo en su propio trabajo.
Pioneras de Australia
El cardenal Grech intervino en primer lugar, resaltando que el tema del evento “nos invita realmente a reflexionar sobre cómo un desafío puede ser una ocasión para el cambio”. Y lamentó que “el nombramiento de mujeres, laicas o religiosas, en la Curia Romana, sigue pareciendo algo ‘extraordinario’”. Sin embargo, recordó y alabó el “coraje y la fuerza” de dos mujeres australianas que dejarían un impacto duradero en la sociedad y en la Iglesia, esto es, santa María MacKillop de la Cruz (1842-1909), la primera santa de Australia que fundó las Hermanas de San José del Sagrado Corazón, y Rosemary Goldie, que abrió nuevos caminos con su testimonio.
Teóloga católica australiana, Goldie ejerció de auditora durante el Concilio Vaticano II y fue la primera mujer en ocupar un puesto de liderazgo en el Vaticano. Fue subsecretaria del Consejo Pontificio para los Laicos desde 1967 hasta 1976 y sirvió bajo cuatro papas.
Respeto mutuo, hombres y mujeres avanzando juntos
El cardenal Grech agradeció la participación y la aportación de la Hna. Nathalie, quien a continuación habló a los asistentes al seminario web sobre la necesidad de que las mujeres reciban el reconocimiento adecuado, pero aún más, la necesidad de trabajar juntos, mujeres y hombres. Las mujeres, por ejemplo, apuntó, necesitan modelos y mentores, que deben ser tanto mujeres como hombres. Becquart insistió en la necesidad de respeto mutuo entre hombres y mujeres, de trabajar en equipo y de avanzar.
“Esta es una tarea de todos, tanto de los hombres como de las mujeres”, indicó. “El Papa Francisco ha abierto un camino fomentando la corresponsabilidad”. Animó a todos a familiarizarse cada vez más con las “hojas de ruta” de la Iglesia de las encíclicas del Papa Laudato Si’ y Fratelli Tutti, así como con los Documentos para los Sínodos de los Jóvenes y de la Amazonia, junto con las respectivas exhortaciones apostólicas del Santo Padre para cada uno, Gaudete et Exsultate y “Querida Amazonía”.
También recordó las recientes palabras del Papa sobre la fuerza y el coraje de las mujeres de Irak, que tanto han sufrido. Además, lamentó, al igual que la Dra. Di Giovanni en su intervención, el número siempre mayor de mujeres que han sido objeto de violencia doméstica, exacerbada por la pandemia mundial de la COVID-19.
Necesidad urgente
La Dra. Di Giovanni, no sólo la primera mujer, sino también la primera persona laica en ser nombrada para su función, subrayó “la urgente necesidad de centrarse en tantas mujeres que viven situaciones de exclusión y violencia”. También apreció la creciente presencia de mujeres en el Vaticano. Señalando que en la Iglesia ve algunas de estas reformas como decisivas, instó: “Ahora todas las mujeres y los hombres están invitados a seguir adelante en este camino que el Papa Francisco nos ha indicado”.
Para ilustrarlo, recordó la homilía del Papa Francisco en la Solemnidad de María Madre de Dios del 1 de enero de 2020, donde repitió que la mujer es dadora y mediadora de paz, así como sus palabras del 8 de marzo de 2019 sobre la gran contribución que ofrece la mujer. También señaló que en lo que observa en el Vaticano, ve progreso y señaló que el nombramiento de Sor Nathalie “trajo alegría a muchos”.
Para enriquecer, reconsiderar las normas
Monseñor Tighe abordó, como funcionario del Vaticano, cómo la formación del Grupo de Consulta de Mujeres dentro de su dicasterio del Consejo Pontificio para la Cultura, hace unos cinco años, ha sido un elemento beneficioso, que ha llevado a un enriquecimiento de su trabajo, gracias a las reflexiones y aportaciones de estas mujeres, que debe ser tomadas en serio.
Pidió una mejor valoración y una acogida más fluida de las mujeres en la Curia Romana, recomendando que, sobre todo teniendo en cuenta que hay muchas en el Vaticano que son vitalicias, sería mejor tener a veces más meritocracia, lo que permitiría reconocer mejor el lugar adecuado de las mujeres cualificadas. El funcionario del Vaticano expresó que un replanteamiento de las normas de recursos humanos, quizás para acoger el funcionamiento de otras instituciones internacionales, podría ser una herramienta útil que haría realidad un futuro más justo en la Santa Sede, para que la Curia comience a parecerse y reflejar mejor la Iglesia global.
Reevaluar el liderazgo
La Hermana Smerilli, economista y profesora, que además de su papel al frente del Grupo de Trabajo Económico de la Comisión COVID- 19 del Vaticano también desempeñó un importante papel en la “Economía de Francesco”, comentó sonriendo cómo espera que continúe este diálogo antes del 8 de marzo de 2022.
“Estamos convencidos de que las mujeres pueden ser protagonistas de la regeneración económica y social”, destacó, ilustrando cómo los estudios sobre la mujer, incluso antes de la pandemia, a los que entonces se prestaba poca atención, se han convertido ahora en herramientas esenciales para evaluar los futuros modelos económicos. La contribución de las mujeres en la esfera pública y fuera de ella, remarcó, puede ser un gran enriquecimiento. También agradeció a Mons. Tighe su franqueza y concreción al abordar el tema.
Asimismo, la Hna. Smerilli hizo un llamamiento a una nueva forma de percibir el liderazgo, preguntándose si tal vez los líderes no son precisamente lo que se necesita, ya que eso implica automáticamente que haya seguidores. En su lugar, sugirió que la mejor sustancia del liderazgo implica un trabajo en equipo eficaz y estar juntos al servicio de una misión que cumplir. Mirar la responsabilidad de esta manera, sugirió la Hna. Smerilli, da un nuevo significado al poder, uno que implica “ser capaz de hacer y efectuar algo” y “coordinar, motivar y trabajar juntos hacia el cambio”.