El pasado sábado 8 de mayo de 2021, el Papa Francisco nombró al cardenal Robert Sarah como nuevo miembro de la Congregación para las Iglesias Orientales. De esta manera informó, ese mismo día, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Renuncia anterior
El Santo Padre aceptó el 20 de febrero la renuncia al cargo de prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos presentada por el cardenal Robert Sarah. “Hoy, el Papa ha aceptado la renuncia a mi cargo de prefecto de la Congregación para el Culto Divino después de mi septuagésimo quinto cumpleaños. Estoy en manos de Dios. La única roca es Cristo. Nos volveremos a encontrar muy pronto en Roma y en otros lugares”, manifestó al respecto el propio cardenal en su cuenta de Twitter.
Robert Sarah, de Guinea, cumplió 75 años el 15 de junio del año pasado, esta es la edad canónica en la que los prelados pueden solicitar la jubilación.
Cardenal Robert Sarah
Tal y como informa Vatican News, el purpurado guineano fue ordenado sacerdote el 20 de julio de 1969. Fue nombrado arzobispo de Conakry por Juan Pablo II en 1979.
En 2001 fue secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y en 2010 Benedicto XVI lo nombró presidente del Consejo Pontificio Cor Unum y lo creó cardenal de la Diaconía de San Juan Bosco en Via Tuscolana.
El prelado participó en el cónclave de marzo de 2013 que eligió al Papa Francisco y el 23 de noviembre de 2014 lo nombró prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Congregación para las Iglesias Orientales
Según describe el Vaticano, esta congregación comenzó como parte de la Congregatio de Propaganda Fide pro negotiis ritus orientalis, establecida por el Papa Pío IX en 1862 con la Constitución Apostólica Romani Pontifices. El papa Benedicto XV la declaró independiente en 1917 con el Motu Proprio Dei Providentis y la denominó Congregatio pro Ecclesia Orientali. El papa Pablo VI, con la Constitución Apostólica Regimini Ecclesiae Universae de 1967, le cambió el nombre a Congregatio pro Ecclesiis Orientalibus.
Como institución, este dicasterio recibió del Sumo Pontífice el mandato de estar en contacto con las Iglesias Católicas Orientales con el fin de ayudar a su desarrollo, proteger sus derechos y también mantener íntegramente en la única Iglesia Católica, junto con el patrimonio litúrgico, disciplinario y espiritual del rito latino, la herencia de las diversas tradiciones cristianas orientales.
