Con motivo del centenario del nacimiento del siervo de Dios don Luigi Giussani (1922˗2005) y del 40° aniversario del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de Comunión y Liberación (CL), 11 de febrero de 1982, estos días se celebran cientos de Misas en todo el mundo presididas por cardenales y obispos.
Según informa una nota de la Oficina de Prensa de CL, la manera de participar en estas celebraciones depende de las restricciones vigentes contra la COVID-19 en cada país, y puede variar entre unas ciudades y otras.
La intención de las Misas es la siguiente: “Pidamos, por intercesión de la Virgen, ‘fuente viva de esperanza’, vivir y testimoniar personalmente todos los días, con fidelidad total a la Iglesia, la responsabilidad del carisma donado por el Espíritu de Cristo a don Giussani en beneficio de todo el santo Pueblo de Dios y de nuestros hermanos los hombres”.
Aquí puede consultarse el listado actualizado de celebraciones.
Los papas sobre don Giussani
En la nota se recuerda a don Giussani con palabras del Papa Francisco, Benedicto XVI, san Juan Pablo II y san Pablo VI.
En 2015, el Papa Francisco expresó: “Estoy agradecido a don Giussani por varias razones. La primera, más personal, es el bien que este hombre me hizo a mí y a mi vida sacerdotal a través de la lectura de sus libros y de sus artículos. La otra razón es que su pensamiento es profundamente humano y llega hasta lo más íntimo del anhelo del hombre. Sabéis cuán importante era para don Giussani la experiencia del encuentro: encuentro no con una idea, sino con una Persona, con Jesucristo. (…) Todo en nuestra vida, hoy como en tiempos de Jesús, comienza con un encuentro. Un encuentro con este hombre, el carpintero de Nazaret, un hombre como todos y, al mismo tiempo, diverso. (…) Mantened vivo el fuego de la memoria del primer encuentro y sed libres. Así, centrados en Cristo y en el Evangelio, podéis ser brazos, manos, pies, mente y corazón de una Iglesia ‘en salida’” (Audiencia al movimiento de CL, Plaza de San Pedro, 7 de marzo de 2015).
En 2007, Benedicto XVI se refirió a don Giussani con estas palabras: “Mi primer pensamiento va dirigido a vuestro fundador, Monseñor Luigi Giussani, a quien me unen tantos recuerdos y que se convirtió para mí en un verdadero amigo. El Espíritu Santo suscitó en la Iglesia, a través de él, un Movimiento, el vuestro, que testimoniara la belleza de ser cristianos en una época en la que iba difundiéndose la idea de que vivir el cristianismo es algo fatigoso y opresivo. Don Giussani entonces se dedicó por entero a despertar en los jóvenes el amor a Cristo, ‘Camino, Verdad y Vida’, repitiendo que solo Él es el camino hacia la realización de los deseos más profundos del corazón del hombre, y que Cristo no nos salva a pesar de nuestra humanidad, sino a través de ella” (Audiencia al movimiento de CL, Plaza de San Pedro, 24 de marzo de 2007).
En 2002, Juan Pablo II escribió a Giussani: “El cristianismo, antes que ser un conjunto de doctrinas o de reglas para la salvación, es, pues, el “acontecimiento” de un encuentro. Esta intuición y esta experiencia es lo que usted ha transmitido a lo largo de estos años a muchas personas que se han adherido al movimiento. Comunión y Liberación, más que ofrecer cosas nuevas, apunta a hacer redescubrir la Tradición y la historia de la Iglesia, para volver a expresarla en formas capaces de hablar y de interpelar a los hombres de nuestro tiempo” (Carta a don Luigi Giussani, 11 de febrero de 2002).
En 1977, Pablo VI saludó a un grupo de estudiantes florentinos de CL con estas palabras: “Miramos con suma atención el plan que vais difundiendo, vuestro estilo de vida, vuestra adhesión, nueva y juvenil, renovada y renovadora, a los ideales cristianos y sociales que os proporciona el ambiente católico en Italia. Os bendecimos y, con vosotros, bendecimos y saludamos a vuestro fundador, don Giussani. Estad contentos, sed fieles, sed fuertes y alegraos de llevar a vuestro entorno el testimonio de que la fe cristiana es fuerte, es gozosa, es hermosa y capaz de transformar realmente en el amor y con el amor la sociedad en la que se inserta” (Audiencia general, 28 de diciembre de 1977).
Comunión y Liberación
“¿De dónde nace y por qué nace una experiencia como CL?”, indica la página web oficial de Comunión y Liberación. Don Giussani escribió a Juan Pablo II en 2004: “No solo no pretendí ‘fundar’ nada, sino que creo que el genio del movimiento que he visto nacer consiste en haber sentido la urgencia de proclamar la necesidad de volver a los aspectos fundamentales del cristianismo, es decir, la pasión por el hecho cristiano como tal, en sus elementos originales y nada más. Quizá sea justamente eso lo que ha abierto imprevisibles posibilidades de encuentro con representantes del mundo judío, musulmán, budista, protestante y ortodoxo, desde Estados Unidos hasta Rusia, en un impulso por abrazar y valorar todo lo bello, bueno y justo que hay en cualquiera que viva una pertenencia”.
Don Luigi Giussani
De acuerdo a la biografía ofrecida por CL, Luigi Giovanni Giussani nace el 15 de octubre 1922 en Desio, un pequeño pueblo de la Brianza, al norte de Milán. Su padre, Beniamino, fue delineante y tallista, y su madre, Angelina Gelosa, obrera del sector textil. “Él socialista, ella católica, serán fundamentales para la formación humana y religiosa del joven Giussani”.
A los 11 años entra en el seminario y es ordenado sacerdote por el cardenal Ildefonso Schuster el 26 de mayo de 1945. Después de la ordenación sacerdotal, sus superiores deciden que el joven Giussani se quede en el seminario para proseguir los estudios y empezar la docencia.
En 1954 consigue el doctorado en Teología. En esos años Giussani advierte que “en la aparente buena salud de la vida del catolicismo italiano, con las iglesias llenas y millones de votos para la Democracia Cristiana, ya se atisba una crisis profunda: el divorcio entre fe y vida, la tradición en contraste con la mentalidad común, la moral reducida a moralismo. Aun conociendo la doctrina y los dogmas, los jóvenes permanecían profundamente “ignorantes” de todo lo que era la Iglesia y se iban alejando”.
Por ello obtiene de sus superiores el permiso para dar clase de Religión en un liceo estatal y a partir de 1954 entra como profesor en el Liceo clásico Berchet de Milán, donde seguirá hasta 1967.
Su presencia en la enseñanza da un nuevo impulso a Gioventù Studentesca, GS, (el nombre de la Acción Católica italiana en la enseñanza superior) y le proporciona el carácter de un verdadero Movimiento. Este es el comienzo de la historia de Comunión y Liberación.
Desde el curso académico 1964-1965 don Giussani enseña Introducción a la Teología en la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán, cátedra que mantendrá hasta 1990.
En 1968 la Gioventù Studentesca, observa cómo muchos de sus miembros pasan a formar parte del Movimiento estudiantil, abandonando la experiencia cristiana. En este mismo año don Giussani sienta las bases, mediante una serie de encuentros en el Centro Cultural Charles Péguy de Milán, para una renovación de la experiencia original del Movimiento. Al año siguiente, 1969, nace el nombre “Comunión y Liberación”.
Desde comienzos de los años 70 se implica directamente con un grupo de estudiantes de la Universidad Católica. El Movimiento “se difunde en todos los ambientes: la enseñanza, la universidad, las parroquias, las fábricas, los lugares de trabajo, a menudo desafiando con éxito mundos cultural y políticamente hostiles”.
Con los años, desarrollan las intuiciones juveniles de Giussani acerca de la misión y del ecumenismo. “Algunos jóvenes de GS habían salido para Brasil ya en los primeros años sesenta. Mientras tanto, también a través de la amistad con el padre Romano Scalfi y la obra de Rusia Cristiana (la asociación creada para dar a conocer las riquezas de la tradición de la ortodoxia rusa), crecen las relaciones con Europa del Este y el mundo ortodoxo. En estos años el Movimiento se difunde sobre todo en Europa, América Latina y EEUU, también en virtud de la cálida invitación de Juan Pablo II, en 1984, a ‘ir al mundo entero’”.
En la actualidad el Movimiento está presente en noventa países de los 5 continentes.
Giussani fue consultor de la Congregación para el Clero y del Pontificio Consejo para los Laicos. Fue creado Prelado de honor de Su Santidad por Juan Pablo II en 1983.
A comienzos de los años noventa se manifiestan los primeros signos de la enfermedad que, agravándose progresivamente, le acompañará durante más de una década, hasta su muerte el 22 de febrero de 2005.