31 marzo, 2025

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Colonización de Marte: ¿Progreso tecnológico o amenaza a la dignidad humana?

Un dilema ético

Colonización de Marte: ¿Progreso tecnológico o amenaza a la dignidad humana?

Las pretensiones del ser humano pueden llegar a límites insospechados, pareciéndose la vida a una película de ciencia ficción, cargada de ocurrencias que ponen en entredicho a la propia persona y su dignidad.

Martín Varsavsky es licenciado en Economía y Filosofía por la Universidad de Nueva York, con un MBA por la Universidad de Columbia, y fundador de dos empresas. Una es Prelude Fertility, la primera cadena de centro de fertilidad en Estados Unidos, que ofrece servicios que van desde test genéticos a la fertilización in vitro, y la segunda empresa es Overture Life, que trata de perfeccionar un robot que pueda producir embriones viables1. Su amistad con el empresario Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo y dueño de la empresa neurotecnológica de corte claramente transhumanista Neuralink2 ha abierto un nuevo capítulo en el debate sobre los embriones humanos congelados. Musk ha expresado su interés en la cuestión de estos embriones debido a su ambicioso sueño de colonizar Marte3. Varsavsky, por su parte, propone establecer un reservorio para la humanidad con embriones que ya no sean necesarios. Para Musk, estos podrían desempeñar un papel vital en la futura colonización del planeta rojo4.

Todo esto presenta un problema central que atañe a la dignidad humana, un concepto fundamental en la reflexión bioética y filosófica, ya que establece que todo ser humano posee un valor intrínseco e inalienable simplemente por ser humano, independientemente de su estado de desarrollo, funcionalidad, utilidad o viabilidad. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2006) establece que la dignidad humana se ha de respetar plenamente5, ya que no es concedida por la sociedad, la tecnología o la capacidad de autoconciencia, sino que es inherente a la persona desde el momento de la concepción.

Analizando la aparente propuesta de Varsavsky y Musk, esta previsiblemente atenta contra este principio fundamental al tratar a los embriones humanos como un mero recurso disponible para sus propios fines estratégicos y tecnológicos, despojando a estos embriones, y por ende a la persona, de su estatus ontológico como seres humanos y reduciéndolos a simples medios para alcanzar un objetivo concreto. En el momento en que la vida humana se mide en términos de utilidad para un proyecto (en este caso, la colonización de Marte), la dignidad humana se ve comprometida, ya que deja de ser un valor absoluto, convirtiéndose en un concepto relativo, maleable y negociable.

La dignidad humana y la instrumentalización de la vida

Los riesgos éticos que presenta esta propuesta es que sienta un precedente controvertido en cuanto a la cosificación de la vida humana. Si aceptamos la premisa de que los embriones pueden ser conservados, almacenados y utilizados con fines futuros indeterminados o determinados por intereses científicos, empresariales o políticos, abrimos la puerta a una concepción utilitarista y tecnocrática de la vida y de la persona desde sus etapas más tempranas, y quien sabe si hasta en su época más adulta. En este escenario, la persona humana deja de ser un fin en sí mismo (como sostenía Kant en su imperativo categórico6) y pasa a ser un instrumento al servicio de un propósito externo.

Hay que señalar que el embrión humano no es una materia prima (visión reduccionista materialista) para la expansión de la especie ni un producto biológico (visión reduccionista biologicista) para la colonización espacial, sino un ser humano en su primera etapa de desarrollo, un continuum7 hasta el final de su existencia, con el mismo derecho a la vida y a la protección de su dignidad como cualquier otra persona. El hecho de que se encuentre en un estado embrionario no disminuye su valor ontológico ni justifica su manipulación con fines ajenos a su propio bien.

Dignidad y desarraigo existencial

Otro aspecto problemático de esta propuesta es que desvincula la vida de la persona de su contexto esencial y de su historia: el lugar de pertenencia, la comunidad, la familia y el arraigo existencial. La vida humana no puede entenderse de manera aislada, sino que siempre está inmersa en un tejido de relaciones que la constituyen, la construyen y le dan sentido. Dicho esto, preservar embriones en condiciones de suspensión indefinida, para ser utilizados en un futuro de forma incierta y en un entorno que se presenta hostil y radicalmente ajeno al mundo que conocemos, implica un nivel extremo de desarraigo y deshumanización.

Es por ello por lo que, el envío de embriones humanos a Marte, o ya incluso al mismo espacio exterior para otros fines, supondría una ruptura total con sus lazos naturales del origen, desarrollo y pertenencia. ¿Es ético engendrar seres humanos en un entorno hostil donde no podrán experimentar la plenitud de la existencia humana tal como la conocemos? ¿Qué tipo de sociedad se formaría en un contexto donde la reproducción se gestiona como un proceso de elección, aleatorio y técnico y no como una expresión del amor y la unidad familiar? ¿Es licito ese desarrollo experimental en úteros artificiales?

¿Es la persona un banco de pruebas? Estos dilemas cuestionan la propuesta de Varsavsky y Musk, abriendo el debate si verdaderamente respeta la dignidad de la persona y la vida en la que estarían sujetos a este experimento.

Dignidad humana y biopolítica: El riesgo del control sobre la vida

Desde una perspectiva biopolítica y filosófica (Foucault, Agamben, Esposito), este tipo de iniciativas refuerzan la idea de que la vida humana puede ser gestionada, regulada y administrada por sistemas de poder que trascienden el ámbito individual8. Si aceptamos que los embriones pueden ser almacenados y utilizados estratégicamente para su expansión espacial, abrimos la puerta a nuevas formas de control sobre la vida y la reproducción humana. En este sentido, la propuesta de Varsavsky y Musk podría interpretarse como un proyecto de ingeniería biopolítica, donde la selección de qué vidas se preservan, cuales no (tanatopolítica) y cómo se utilizan quedan en manos de quienes controlan los recursos tecnológicos y los embriones vitrificados.

La pregunta seria, ¿quién decidiría qué embriones se almacenan y cuáles no? ¿Bajo qué criterios se seleccionarían los futuros seres humanos que poblarán Marte? Estas preguntas nos pueden llevar a reflexionar sobre los riesgos de un neoeugenismo tecnocrático, donde la vida se convierte en un recurso sometido a intereses de mercado, geopolítica y exploración y experimentación espacial.

La dignidad humana no es negociable

La propuesta de Varsavsky y Musk desafía los principios fundamentales de la bioética personalista y de la filosofía moral en general, al concebir la vida humana como un recurso manipulable para fines tecnológicos y geoestratégicos. Desde el punto de vista de la dignidad humana, este enfoque es inaceptable, ya que implica:

  1. Una instrumentalización de la vida humana, donde los embriones son tratados como medios y no como fines en sí mismos.
  2. Una violación del principio de que la dignidad es absoluta y no relativa a la utilidad de la persona.
  3. Un desarraigo existencial, donde la vida humana se desconecta de su contexto natural de comunidad y de pertenencia.
  4. Un riesgo biopolítico y tanatopolítico, en el que la reproducción y selección de vida podrían ser gestionadas por intereses ajenos a la propia dignidad humana.

La bioética personalista, el proyecto de Martín Varsavsky y el interés de Elon Musk en los embriones humanos congelados para la colonización de Marte plantean serios cuestionamientos éticos. La dignidad intrínseca de la persona humana es un principio central de la bioética personalista, que sostiene que la vida humana, desde su inicio en la concepción, posee un valor en sí mismo9 y no puede ser instrumentalizada para fines utilitarios. Bajo esta perspectiva, los embriones no son meros recursos biológicos disponibles para proyectos científicos o colonizadores, sino individuos de la especie humana en su fase más temprana de desarrollo y adultos en potencia, con un derecho indiscutible a la vida y a un destino acorde con su naturaleza humana.

Desde una perspectiva filosófica más amplia, esta iniciativa muestra los riesgos de la instrumentalización biológica, el utilitarismo tecnocrático y el biopoder en la era del transhumanismo10. La dignidad humana es un principio inalienable y absoluto, que no puede ser negociado ni relativizado en función de proyectos científicos, tecnológicos, políticos o espaciales. La vida humana no puede ser reducida a un mero objeto de almacenamiento ni a un instrumento estratégico para la colonización de otros planetas por el mero hecho de salvaguardar la especie.

El fundamento metafísico de la acción ética surge de la consideración de que, si el embrión posee una dignidad intrínseca (el ser en acto), su instrumentalización en un «proyecto colonizador» violaría su fin natural en relación con el desarrollo humano de forma integral. La finalidad de este proyecto de Varsavsky y Musk plantea la reflexión de, si están buscando un bien auténtico como la preservación de la vida, o están imponiendo una ruptura del orden natural. En este sentido, la ética desde la perspectiva del ser nos invita a reflexionar no solo sobre si podemos realizar dicha acción, sino sobre qué significado tiene para nosotros y para la humanidad alterar radicalmente las condiciones de la existencia humana y del cosmos11.

La vida debe de seguir su proceso natural, tal y como la conocemos.

José María Diaz Sánchez – Graduado en Filosofía por la Universidad de Murcia – Máster en Bioética por la Universidad Católica de Valencia

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1 https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2019-11-17/martin-varsavsky- entrevista_2336235/

2 González Santos, J. (2022). Neuralink: Implicaciones éticas de las tecnologías basadas en interfaces cerebro-máquina. Argumentos de Razón Técnica, 25, 53-91.

3 https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2024-07-18/elon-musk-marte-colonizar-espacio- semen-fertilidad_3925782/

4 https://www.cuatro.com/television/a-la-carta/20250309/cuarto-milenio-programa-completo- video_18_014978236.html

UNESCO. (2006). Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos). Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Artículo 3.

6 Kant, I. (1785/1921). Fundamentación de la metafísica de las costumbres (M. G. Morente, Trad.; P. M. Rosario Barbosa, Ed.). Primera edición. San Juan, Puerto Rico. pp. 41.

7 Robina Duhart, P. de. (2023). El estatuto del embrión humano: Un análisis interdisciplinario (bioético) de la realidad. Medicina y ética, 34(4), 895-934.

8 Saidel, M. L. (2013). Lecturas de la biopolítica: Foucault, Agamben, Esposito. Opción, 177, 88-107. ITAM.

9 Serra Pérez, M. A., & Salinas Mengual, J. (2023). ¿Un nuevo estatuto para la persona? Claves para un diálogo sobre el estatuto ontológico y jurídico de la persona humana. Sindéresis.

10 Nakama-Hokamura, G. K., & Rojas-Valdez, K. (2023). Naturaleza y persona humana: Bases críticas de la pretensión transhumanista. Apuntes de Bioética, 6(2), 5-29.

11 Torrijos Castrillejo, D. (2024). Reseña de Ser y obrar: ¿Crisis o ruptura? Fundamento metafísico de la acción de Manuel Alejandro Serra Pérez. Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, 41(1), 265-266.

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Bibliografía

González Santos, J. (2022). Neuralink: Implicaciones éticas de las tecnologías basadas en interfaces cerebro-máquina. Argumentos de Razón Técnica, 25, 53-91.

Kant, I(1785/1921). Fundamentación de la metafísica de las costumbres (M. G. Morente, Trad.; P. M. Rosario Barbosa, Ed.). Primera edición. San Juan, Puerto Rico.

Nakama-Hokamura, G. K., & Rojas-Valdez, K. (2023). Naturaleza y persona humana: Bases críticas de la pretensión transhumanista. Apuntes de Bioética, 6(2), 5-29.

Robina Duhart, P. de. (2023). El estatuto del embrión humano: Un análisis interdisciplinario (bioético) de la realidad. Medicina y ética, 34(4), 895-934.

Saidel, M. L. (2013). Lecturas de la biopolítica: Foucault, Agamben, Esposito. Opción, 177, 88-107. ITAM.

Serra Pérez, M. A., & Salinas Mengual, J. (2023). ¿Un nuevo estatuto para la persona? Claves para un diálogo sobre el estatuto ontológico y jurídico de la persona humana. Sindéresis.

Torrijos Castrillejo, D. (2024). Reseña de Ser y obrar: ¿Crisis o ruptura? Fundamento metafísico de la acción de Manuel Alejandro Serra Pérez. Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, 41(1), 265-266.

UNESCO. (2006). Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos). Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2019-11-17/martin-varsavsky- entrevista_2336235/

https://www.cuatro.com/television/a-la-carta/20250309/cuarto-milenio-programa- completo-video_18_014978236.html

https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2024-07-18/elon-musk-marte-colonizar- espacio-semen-fertilidad_3925782/

Observatorio de Bioética UCV

El Observatorio de Bioética se encuentra dentro del Instituto Ciencias de la vida de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” . En el trasfondo de sus publicaciones, se defiende la vida humana desde la fecundación a la muerte natural y la dignidad de la persona, teniendo como objetivo aunar esfuerzos para difundir la cultura de la vida como la define la Evangelium Vitae.