Los obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) emitieron ayer, jueves 29 de abril de 2021, un comunicado oficial en el que comparten sus reflexiones sobre el debate nacional por la propuesta de la Reforma tributaria y la Ley de la Solidaridad Sostenible.
Frente a la compleja situación a todos los niveles, suscitada por la crisis sanitaria de la COVID-19, el Episcopado colombiano cita la enseñanza del Papa Francisco de mantener “como horizonte el servicio a la dignidad de la persona humana y al bien común como norma fundamental y criterio rector de todas las decisiones e iniciativas”.
Responsabilidad con la necesidad
Al comienzo del comunicado, la CEC señala que “es apremiante acercarse a la realidad que estamos viviendo y suscitar un diálogo amplio sobre los puntos de la reforma, para que ésta pueda responder positivamente a situaciones como el desempleo y el subempleo, la falta de recursos básicos para la subsistencia, las limitaciones de los servicios de salud, la pobreza cada vez más generalizada, la inequidad social y la marginación de tantos colombianos”.
“La discusión en el Congreso sobre este proyecto debe hacerse con la mayor responsabilidad y transparencia, de modo que brille siempre el interés por el bien común, la equidad social y la justicia”, se lee en el texto.
Economía solidaria
Los prelados de Colombia enfatizan la urgencia de “que se multipliquen y fortalezcan las formas de economía solidaria”, que se potencien las tareas de “las organizaciones que se dedican a la promoción social y a la asistencia humanitaria” y que se le apunte a la inversión social, “que propicia el desarrollo económico a largo plazo, y no simplemente al gasto para solucionar temporalmente algunas necesidades”.
Asimismo, llaman a que se “resalte el aspecto ético de la economía”, que se promueva “la austeridad en el gasto público y se evidencien efectivos controles” y que se sopese la “oportunidad de cada medida, teniendo en cuenta que, en este momento, dados los índices de desempleo, de pobreza y de otras limitaciones que se han acentuado enormemente por la pandemia”.
Casa común
Al final de su mensaje, los obispos aclaran que hay que “relevar la necesidad de salir de la crisis en que nos encontramos, pero, de igual modo hay que proyectar el futuro del país”. En esta coyuntura crítica, prosiguen, “el deber es repensar el futuro de nuestra nación, y emprender juntos la tarea de realizar un proyecto común para el país”.
“Los esfuerzos que múltiples sectores vienen haciendo para llevar a la práctica la invitación del Papa Francisco a la fraternidad y solidaridad, dándose cuenta de que estamos ‘juntos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos’”, concluyen.