El pasado lunes 26 de julio de 2021, los obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) emitieron un comunicado de seis puntos en el que presentan algunas consideraciones con “el ánimo de contribuir al diálogo y al discernimiento común sobre los valores que han de orientar a nuestra sociedad” frente a la decisión de la Corte Constitucional de la República de garantizar el derecho a la eutanasia por lesiones corporales o enfermedades graves e incurables.
En uno de los puntos de los que se compone el documento episcopal, los prelados colombianos aseguran que “la eutanasia constituye una seria ofensa a la dignidad de la persona humana y fomenta la corrosión de valores fundamentales del orden social”. Del mismo modo, señalan que adoptar lo estipulado por la Corte “constituiría un serio peligro para los más frágiles y vulnerables de nuestra sociedad, sobre quienes pendería el peso de la posible supresión de sus vidas, dando lugar a un serio condicionamiento para el ejercicio de las libertades”.
También tienen en cuenta que una actitud solidaria frente a la fragilidad y vulnerabilidad del ser humano puede llevar a una persona a declinar la intención de suprimir de manera voluntaria la vida, aún en los casos en que la ciencia médica no tiene la respuesta para una curación física.
Con el objetivo de afrontar dicha realidad de una manera más humana, sin tener que acudir a la eutanasia, los obispos de la CEC llaman al Estado a que “garantice la debida atención sanitaria a las personas que sufren lesiones corporales o enfermedades graves e incurables, o que se encuentran en estado terminal, especialmente cuando se trata de los más pobres”.
En materia de salud, piden una mayor inversión de recursos económicos e intervención psicosocial para atender a las familias y cuidadores de los enfermos, de manera especial a los más desprotegidos; así mismo, esfuerzos terapéuticos del personal sanitario para tratar adecuadamente el dolor y respetar la dignidad del paciente hasta el momento de su muerte natural.
A modo de conclusión, los prelados invitan a todos a seguir descubriendo “los mejores caminos para respetar el derecho a la vida de toda persona y poder fortalecer los lazos de amistad social entre todos los colombianos”.