La diócesis de Buenaventura, en Colombia, se une al clamor de sus habitantes para pedir por la paz y la reconciliación de esta región azotada por la violencia y la desigualdad. Para ello, adelantó la Jornada en Familia por la Vida y la Paz, que se celebró hasta el viernes 30 de julio de 2021.
De acuerdo a una nota de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), esta jornada busca expresar su solidaridad moral con las víctimas de la violencia en estos territorios del pacífico; generar unidad a través de una alianza entre sus habitantes, mostrando las necesidades de un pueblo que sufre y que seguirá trabajando para aislar a los armados en armas; y llamar la atención de los diferentes estamentos y organizaciones internacionales de derechos humanos para que se atiendan las necesidades de un pueblo que por años ha sido marginado.
Las actividades que formaron parte de esta iniciativa de la Iglesia en el pacífico son diversas. Entre ellas, en los hogares se enciendió una vela, representando la luz de Cristo para pedir por sus familias y por la ciudad; tuvo lugar una jornada interreligiosa a través de las redes sociales para orar por las familias; la siembra de 1.000 árboles como señal de esperanza y vida; el desplazamiento a siete zonas vulnerables donde sus habitantes portaron prendas blancas y en las casas y negocios se exhibieron globos blancos, como signo de paz; reflexiones y momentos culturales y lúdicos sobre la situación de violencia que enfrentan los bonaerenses; y jornadas interreligiosas de oración pidiendo por todas las comunidades, las fuerzas vivas del distrito, instituciones públicas y los grupos armados.
El viernes, 30 de julio, culmina la jornada con una celebración interreligiosa, donde se convoca a la comunidad para que se una en oración pidiendo por la paz como esperanza de vida.
La violencia continúa
“No podemos quedarnos callados”, con estas palabras monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de esta Iglesia local, llama la atención de los violentos para que cesen los actos contra la población que ya manifiesta su cansancio ante tanta desolación y dolor. El prelado indica que esta jornada anima “a las comunidades para que oremos, nos convoquemos y coloquemos nuestra voz en contra de los violentos y en contra de esta situación que nos atormenta”.
Monseñor Jaramillo Montoya señala en un video mensaje que la razón por la cual se convocó esta jornada está relacionada con el hecho de que en los primeros 20 días del mes de julio, eran ya 24 los asesinatos que se han presentado, pues continúan la extorsión, los robos, las desapariciones y los secuestros.
Este espacio ha permitido llegar, entre otros sitios, a siete zonas de la municipalidad donde la violencia es más fuerte. Allí, la Iglesia acompañada de las principales autoridades está haciendo un recorrido para manifestar a las comunidades su cercanía.
Apoyo del Episcopado
En un mensaje difundido el 30 de julio de 2021, los obispos de la CEC expresaron su respaldo y solidaridad al obispo de Buenaventura, Mons. Rubén Darío Jaramillo Montoya, y a la comunidad bonaerense, quienes esta semana vivieron la jornada por la vida: “Los obispos católicos de Colombia apoyamos este clamor por la paz, la vida y el respeto de la dignidad humana de tantos hermanos y hermanas nuestros”.
Del mismo modo, ratificaron lo expresado por los obispos de las provincias eclesiásticas de Cali y Popayán: “Pedimos a las autoridades locales regionales y nacionales, garantizar la seguridad de los bonaverences. Que no les falten oportunidades de educación y trabajo que les permitan hacer realidad sus proyectos de vida”.
El comunicado fue suscrito por Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC); Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC; y Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC.