El Papa Francisco mostró su cercanía con las comunidades víctimas de actos de violencia ocurridos en las regiones del Pacífico y suroccidente de Colombia, a través de un mensaje dirigido al presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), monseñor Óscar Urbina, y firmado por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin.
La misiva, escrita el pasado 29 de marzo de 2021 y dada a conocer el 9 de abril por la CEC, explica cómo, “al recibir la triste noticia de los repetidos actos de violencia que sufren los habitantes de la región pacífico suroccidental de vuestro país y sabiendo del empeño de los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos en la búsqueda incesante por constituir lazos de paz en la entera región, el Santo padre reitera su firme reprobación a estos episodios de violencia y manifiesta su cercanía a las personas que están en medio de tanto sufrimiento”.
Asimismo, continúa Parolin, el Pontífice “eleva su oración al Señor y encomienda muy especialmente a su misericordia el eterno descanso de las víctimas, e invocando la maternal intercesión de la Santa Madre de Dios, les imparte de corazón la bendición apostólica”.
Paz en la región
Los obispos de Quibdó, Istmina – Tadó y Apartadó, región del Pacífico de Colombia, en el contexto de la celebración de la Semana Santa del año 2021, llamaron a poner fin a “la insoportable situación de violencia, ilegalidad y exclusión social que se viven en nuestro territorio” y lanzan “un enésimo y angustiante grito por la paz y la dignidad”.
En un comunicado difundido el 28 de marzo por las tres diócesis, los prelados invitaron “a los actores armados y a los grupos delincuenciales a un cese al fuego durante cien días que nos permita abrir espacios de reflexión y concretar acuerdos humanitarios que abran el horizonte hacia la paz integral” requerida “en la ciudad de Quibdó y en los demás municipios de los departamentos del Chocó y de Antioquia que hacen parte de nuestras Iglesias particulares”.
Reunión de obispos del pacífico y suroccidente
A principios de marzo, los obispos del Pacífico y Suroccidente de Colombia, tras una reunión de urgencia para analizar la grave situación de estas regiones del país azotadas por la violencia, expresaron su respaldo y cercanía al obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, y a los miembros de esta comunidad.
Los prelados de las jurisdicciones eclesiásticas de Apartadó, Quibdó, Itsmina – Tadó, Buenaventura, Tumaco, Guapi, Popayán, Tierradentro, Pasto, Ipiales, Cartago, Buga, Palmira y Cali, señalaron que se trató de una reunión donde se hizo una lectura a las diferentes problemáticas que se vienen presentando con mayor celeridad en estas regiones de Colombia y que siguen causando tanto dolor en la población.
“Tuvimos la oportunidad de hacer una aproximación a las realidades de incertidumbre, pobreza, dolor, muerte y desesperanza, generadas por la confluencia de situaciones de distinto orden que, lastimosamente, percibimos y denunciamos como cada vez más crecientes, tales como el narcotráfico, el incremento de grupos armados, la corrupción, la extorsión, la pérdida de fe y valores, la ineficiencia de amplios sectores públicos y privados y el maltrato a la casa común”, añadieron.
Ante esta difícil realidad, los pastores colombianos afirmaron que no se resignan a aceptar estas situaciones y reafirmaron su compromiso como pastores para seguir acompañando a estos pueblos que durante años vienen sufriendo el flagelo de la violencia. Del mismo modo, exhortaron a los gobernantes y a las comunidades a que se unan a trabajar en la búsqueda de “soluciones integrales a corto y mediano plazo que hagan posible la transformación real de esta triste y angustiante realidad”.
Con Larissa l. López