En torno a las 16 horas (las 15 en Roma) tras el almuerzo en la Nunciatura Apostólica, el Papa Francisco se ha dirigido a la iglesia parroquial de la Santa Cruz en Nicosia para participar en una oración ecuménica por los migrantes.
Iglesia Católica de la Santa Cruz
Al este de la Puerta de Pafos, dentro de las antiguas murallas de la ciudad de Nicosia, con la muralla trasera bordeando la zona de amortiguación de la ONU, se encuentra la Iglesia de la Santa Cruz, un punto de referencia para toda la comunidad católica de Chipre.
Construida en el emplazamiento de una iglesia anterior que data de 1642, la primera piedra del edificio actual se colocó el 8 de abril de 1900, gracias a la Familia Real Española y a los frailes franciscanos. En el interior, el techo lleva el escudo de la Casa Real de España y bajo el rosetón el escudo de la Custodia de Tierra Santa. El lugar de culto, inaugurado en 1902, fue renovado en 1989, mientras que el convento contiguo data de 1959.
Migración en Chipre
Después de unos cantos de recibimiento, Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa ha pronunciado un saludo de bienvenida a Francisco en el que ha descrito que este país simboliza los dramas diarios que suceden diariamente en el Mediterráneo. En primer lugar, las miles de familias de migrantes y refugiados de todo el mundo, especialmente de Oriente Medio. Chipre es la primera isla de Medio Oriente que experimenta el drama de la llegada de numerosos migrantes que huyen de la guerra y la miseria y que viven allí sin perspectivas claras de futuro.
Después se ha leído la carta san Pablo a los Efesios (Ef 2, 13-22) en inglés: “Él es nuestra paz, que hizo uno de dos” para continuar con las palabras de un miembro de Cáritas Chipre.
Cáritas Chipre
Elisabeth Chrysanthou, directora ejecutiva de Cáritas Chipre, ha explicado cómo en estos momentos esta isla recibe más solicitantes de asilo que cualquier otro país de la Unión Europea. “Cáritas Chipre intenta responder al reto de acoger y atender a tantos de ellos”. Por eso, “trabajamos todo lo que podemos para suplir las carencias de la asistencia social”, gracias en parte a “nuestra colaboración con Catholic Relief Services y a la relación que hemos establecido con otras organizaciones, Iglesias, comunidades y personas”. Recalca, que han podido mantener “nuestras puertas abiertas durante la pandemia y apoyar a más de 10.000 personas en toda la isla”.
Testimonio de 4 migrantes
Después, se ha cantado el salmo 96 y se ha escuchado el testimonio de 4 jóvenes migrantes, que han explicado qué significa ser migrante en Chipre: Thamara da Silva de Sri Lanka, Maccolins Ewoukap Nfongock de Camerún, Rozh Najeeb de Irak y Mariamie Besala Welo de la República Democrática del Congo. Tras ello, el Santo Padre ha respondido en su discurso a las preguntas planteadas por estas personas y les ha regalado un Rosario a cada uno de ellos.
Al final de acto, los franciscanos de esta iglesia han entregado al Santo Padre una imagen de san Bernabé, el Apóstol anunciador de Jesucristo, muerto y resucitado en la isla de Chipre que evangelizó estas islas.