“En respuesta a las preguntas de los periodistas, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni” ha comunicado que hoy, miércoles 8 de septiembre de 2021, “en Wuhan, provincia china de Hubei, ha tenido lugar la ordenación episcopal del reverendo Francis Cui Qingqi, nombrado por el Santo Padre obispo de Hankou/Wuhan el 23 de junio de 2021. Es el sexto obispo chino nombrado y ordenado en el marco del Acuerdo Provisional sobre el nombramiento de obispos en China”.
Acuerdo Provisional
El Acuerdo Provisional entre China continental y la Santa Sede para el nombramiento de obispos en el país asiático fue firmado en Pekín el 22 de septiembre de 2018 y expiró el 22 de octubre de 2020. Se trató de un acuerdo histórico, después de años de conversaciones, que no fue político, sino pastoral.
El texto, que no se hizo público, trataba “del nombramiento de obispos, un asunto de gran importancia para la vida de la Iglesia, y (creó) las condiciones para una colaboración bilateral más amplia”, decía la declaración oficial. Fue renovado el mismo día 22 de octubre por dos años.
“Al expirar la validez del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China sobre la designación de obispos, firmado en Beijing el 22 de septiembre de 2018 y que entró en vigor un mes más tarde, ambas partes han acordado prorrogar la fase de aplicación experimental del Acuerdo Provisional por otros dos años”, describía un comunicado del Vaticano difundido ese mismo día.
“Creyendo que el inicio de la aplicación del mencionado Acuerdo, de valor eclesial y pastoral fundamental, ha sido positivo” y gracias “a la buena comunicación y colaboración entre las Partes en la materia acordada”, la Santa Sede está decidida a continuar “el diálogo abierto y constructivo para promover la vida de la Iglesia Católica y el bien del pueblo chino”, concluye el texto.
Acuerdo con China, la importancia del diálogo
En su entrevista del Papa con el periodista español Carlos Herrera en la emisora radiofónica COPE, el locutor se refirió a aquellas personas que consideran que no se debería renovar el acuerdo que el Vaticano firmó con China “porque pone en peligro su autoridad moral”. Ante ello, Francisco expuso que “yo también cuando era laico raso y cura me encantaba marcarle el camino al obispo, es una tentación hasta yo diría lícita si se hace con buena voluntad”.
“Lo de China”, prosigue, “no es fácil”, pero, “yo estoy convencido de que no se debe renunciar al diálogo. Te pueden engañar en el diálogo, puedes equivocarte, todo eso… pero es el camino. La cerrazón nunca es camino. Lo que se ha logrado hasta ahora en China fue al menos dialogar… alguna cosa concreta como nombramiento de nuevos obispos, lentamente”.
