El 24 de febrero, Rusia invadió Ucrania. Mañana se cumplen seis meses desde el inicio de un conflicto sin sentido. En la víspera de este triste aniversario, Caritas Internationalis lanza un nuevo llamamiento por la paz. La organización llama la atención sobre el alto coste de esta guerra en términos de vidas humanas y las graves consecuencias a nivel local y mundial.
“Nunca esperamos que el conflicto durara tanto”, dice el Secretario General de Caritas Internationalis, Aloysius John. “Lamentablemente, sigue faltando voluntad política para poner fin a la violencia de forma incondicional. Necesitamos una paz inmediata que dé por fin a los ucranianos la oportunidad de empezar a reconstruir sus vidas y su país. Lo cual, desgraciadamente, llevará varios años”.
Una crisis sin precedentes
John también destaca el impacto devastador del conflicto a nivel internacional. «Esta guerra está contribuyendo a una crisis económica y humanitaria mundial sin precedentes, en la que la inseguridad alimentaria se está extendiendo de forma dramática y los precios de los productos esenciales siguen subiendo. Y como siempre son los más pobres y vulnerables los que pagan el precio».
El compromiso de Cáritas
Desde el comienzo del conflicto, las dos organizaciones de Cáritas presentes en el país – Cáritas Ucrania y Cáritas Spes-Ucrania – han estado al lado de la población. Han prestado ayuda humanitaria a más de 3,5 millones de personas. Distribuyeron más de 2,8 millones de comidas y paquetes de alimentos, y más de 900 mil kits de higiene. Se ayudó a unas 300.000 personas a encontrar vivienda. Unas 100.000 personas recibieron medicamentos o asistencia médica. Al mismo tiempo, se prestaron servicios de apoyo psicosocial y asistencia jurídica. En muchos de los centros de Cáritas también se habilitaron espacios para los niños y se ofrecieron programas educativos.
Las Cáritas de los países vecinos -como Polonia, Bulgaria, Rumanía, Moldavia, Eslovaquia y Hungría- también han participado activamente en la acogida y la asistencia a los millones de refugiados que huyen de la guerra. La respuesta de Cáritas al conflicto fue inmediata y ha seguido creciendo y adaptándose a las crecientes necesidades de la población.
“Nuestras operaciones no se han ralentizado, al contrario, se han hecho más extensas y organizadas”, afirma Tetiana Stawnychy, presidenta de Cáritas Ucrania, “En los primeros días nos ayudó la generosidad de la población local. A continuación, ampliamos gradualmente el número de nuestros centros de 19 a 37, con la participación de 448 centros parroquiales. Cada uno de estos centros cuenta con un personal o personas, voluntarios que trabajan incansablemente”
“Rostros destrozados”
Cáritas Spes-Ucrania también ha aumentado significativamente su alcance en los seis meses de conflicto y ahora tiene 24 oficinas locales y opera en 23 regiones del país, incluidas las zonas de conflicto. El padre Vyacheslav Grynevych, secretario general de Caritas Spes, destaca el valioso apoyo ofrecido por toda la Confederación Caritas y sus benefactores. “Durante estos seis meses de guerra, hemos visto muchos rostros destruidos y hemos escuchado muchas historias dramáticas. Pero gracias a la solidaridad, hemos podido y podemos seguir trabajando”.
Hoy, las dos organizaciones se preparan para el próximo invierno, que en muchas zonas del país podría poner en peligro la vida de muchas personas debido a los graves daños sufridos por las viviendas e infraestructuras y a la falta de combustible.
Quienes quieran apoyar la labor de Cáritas en Ucrania pueden hacerlo donando aquí: https://www.caritas.org/ukraine-appeal-22/