El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) emitió un mensaje “al pueblo de Dios”, como fruto de los trabajos realizados en su 38ª Asamblea general ordinaria, en el que los obispos hacen un estudio de una realidad marcada por la pandemia de la COVID-19, e invitan a “buscar nuevos caminos y estrategias para promover con mayor audacia la opción misionera”.
El documento, publicado ayer, martes 1 de junio de 2021, resalta la palabra de esperanza y compromiso que los prelados muestran hacia los fieles frente a las “angustias, tristezas e incertidumbres” en medio de las complicadas situaciones que atraviesan sus países, sobre todo en relación a la crisis sanitaria.
Nuevos caminos misioneros
Consciente de que la realidad ha cambiado para todo el pueblo de Dios, el CELAM expresa estar en la obligación de “buscar nuevos caminos y estrategias para promover con mayor audacia la opción misionera, al igual que una pastoral que haga presente en la realidad actual, el Reino de Dios, desde una Iglesia sinodal en salida y en la búsqueda del desarrollo humano y la ecología integral”.
“Como cristianos y miembros activos de la Iglesia, no podemos quedarnos esperando que otros actúen y se responsabilicen de los cambios necesarios para que los valores del Evangelio estén presentes en la realidad socio-económica-política-cultural de nuestra región; necesitamos estar todos involucrados en el ser y quehacer de la Iglesia, con la diversidad y pluralidad necesarias”, añade.
Caminar juntos
Los obispos llaman a todos a participar del “ser y quehacer de la Iglesia”, en diversidad y comunión, teniendo como base “la fuerza de la sinodalidad donde todos tenemos el derecho de participar caminando juntos”. El mensaje insiste en no quedarse en los desafíos y descubrir las “nuevas oportunidades e inmensas posibilidades para testimoniar el amor de Dios”, buscando “nuevos caminos de evangelización y servicio, con el ardor de auténticos discípulos en salida misionera”.
El Consejo Episcopal subraya la importancia de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que es vista como señal de esperanza. Se trata de un “acontecimiento en clave sinodal y participativa” para así “buscar y diseñar juntos nuevos caminos para el anuncio del Evangelio con el protagonismo y la participación de todos”. Se trata de un llamado a caminar “en una sincera actitud de comunión, colegialidad, eclesialidad y sinodalidad”.
