“La paz es un don de Dios (para el hombre y para toda persona) y un proyecto humano conforme el designio divino. Es ante todo un atributo esencial de Dios”. Con estas palabras, monseñor José Luis Azuaje Ayala, arzobispo de Maracaibo y presidente de Cáritas de Latinoamérica y el Caribe, ha suscrito un comunicado ante la evolución que ha tenido la guerra en Ucrania.
En el escrito, publicado por la institución el 25 de febrero de 2022, el prelado venezolano asevera que “la guerra es una crueldad y un flagelo que no representa nunca un medio idóneo para resolver los problemas que surgen entre las naciones, como lo que se experimenta en la crisis de Ucrania. Cuando estalla, la guerra se convierte en una ‘inútil masacre sin regreso, que compromete el presente y pone en peligro el futuro de la humanidad, pues los daños causados por un conflicto armado no son sólo materiales, sino también morales”.
Del mismo modo, en nombre de Cáritas latinoamericana, se une a “las miles de voces en todo el mundo que condenan la guerra y la violencia como medio para resolver conflictos o diferencias”. Un conflicto bélico, continúa, “es siempre un golpe muy duro, que lacera y hiere irremediable e irreversiblemente a miles de comunidades, destruye vidas inocentes y traumatiza a generaciones completas creando heridas que muy difícilmente sanarán”.
“Es una grave injusticia utilizar la fuerza para validar una línea de pensamiento, o bien apropiarse de bienes o de la cultura de otro pueblo, convirtiendo esa acción en un cruel atentado a la dignidad humana, pues la violencia no dialoga, sino que silencia, lastima y destruye, para imponer una postura eliminando al que difiere”, expresa Mons. Azuaje.
Y concluye el comunicando recordando que “Jesucristo asumió en su vida toda la violencia y la crueldad que sufrió en su pasión, para enseñarnos el verdadero camino para resolver los conflictos y las diferencias humanas: la entrega, el perdón y el amor”.