Cardenal Zenari: Siria necesita soluciones urgentes y radicales

Conferencia de ‘Caritas Internationalis’

Cardenal Zenari Siria
El Papa saluda al cardenal Zenari © Vatican Media

El cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, afirma que se necesitan soluciones urgentes y radicales, ya que la “bomba” de la pobreza está explotando.

Sus declaraciones se produjeron antes de la quinta conferencia de donantes de la Unión Europea sobre Siria, durante el coloquio “Iglesia y Cáritas: 10 años de respuesta humanitaria en Siria”, organizada por Caritas Internationalis, en la que la fundación papal arrojó luz sobre la situación en Siria e instó a la comunidad internacional a actuar.

Según Caritas, el 90% de la población siria está sumida en la pobreza, como consecuencia de diez años de guerra, sanciones internacionales, la pandemia de coronavirus y la crisis económica. Un tercio de la población ha huido del país y 12,4 millones de personas no tienen acceso fiable a alimentos y calefacción.

Las bombas que aún explotan

En sus declaraciones, el cardenal Zenari reconoció que, si bien es cierto que las bombas y los cohetes no han caído en varias regiones de Siria desde hace algunos meses, “ha estallado la terrible ‘bomba’ de la pobreza que, según las últimas cifras de las Naciones Unidas, afecta inexorablemente a cerca del 90% de la población que vive por debajo del umbral de la pobreza. El porcentaje más alto del mundo”.

Diez años de guerra, corrupción y sanciones, junto con la crisis de Líbano y la pandemia mundial de COVID-19 contribuyeron a que la libra siria perdiera gran parte de su valor frente al dólar estadounidense, a que el precio de los alimentos aumentara significativamente y a que la gente hiciera cola en las panaderías para tratar de conseguir el limitado pan subvencionado que está disponible. “La misma escena para la gasolina en todo el país.  La gente llama a este difícil momento ‘guerra económica’, peor que la de los años anteriores”, dijo, lamentando que, aparte de la atención prestada a Siria por este aniversario, el país haya desaparecido casi por completo de los radares de los medios de comunicación.

Al tiempo que agradecía los numerosos esfuerzos humanitarios, especialmente los de Cáritas Siria, el nuncio apostólico advirtió, sin embargo, que los grandes proyectos de emergencia de la comunidad internacional no continuarán para siempre.

“Me conmueve especialmente ver una solidaridad tan generosa. Pero permítanme decir al mismo tiempo que también estoy muy inquieto. A fin de cuentas, si lo consideramos detenidamente, todas estas generosas contribuciones son un ‘grifo’ de agua en el desierto. ¡Gotas muy preciosas, pero siempre un ‘grifo’ que corre el riesgo de dar cada vez menos agua con el tiempo!” Los retos, señaló, son “enormes” y las posibilidades, “muy limitadas”.

“Los grandes proyectos de emergencia de la Comunidad Internacional, mencionados anteriormente, no pueden continuar para siempre. Muchas de estas ayudas, en este momento todavía urgentes y necesarias, no son una solución adecuada a largo plazo. El Papa Francisco dijo: ‘Es imperativo idear soluciones adecuadas y con visión de futuro, capaces de permitir al querido pueblo sirio, agotado por la guerra, recuperar la paz e iniciar la reconstrucción del país’”.

Lo que se necesita

“Siria necesita, según los expertos, cientos de miles de millones de dólares estadounidenses para construir hospitales, escuelas, casas y fábricas y reiniciar la economía”, recordó.

“Sin reconstrucción y sin recuperación económica”, advirtió, “la paz no llegará a Siria”. “¿Cuánto tiempo tendrán que esperar los sirios? El tiempo se está agotando. Muchos de ellos han perdido la esperanza. Se necesitan soluciones urgentes y radicales”.


Como señaló acertadamente el enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, “el actual bloqueo político entre las partes en conflicto debe superarse con la ayuda de «una diplomacia internacional constructiva sobre Siria”, recordó el cardenal.

“Esta dinámica tiene que cambiar. Lo que se necesita son pasos mutuos y recíprocos, paso a paso, del gobierno sirio y de la oposición, y de los principales actores internacionales”. “Mientras que el proceso de paz está en este momento en un completo punto muerto, la pobreza, por el contrario”, advirtió el cardenal Zenari, “¡avanza rápidamente!”.

El secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John, subrayó también que Caritas se une a la Iglesia siria para pedir: El levantamiento de las sanciones unilaterales, introducidas al comienzo de la guerra; el aumento del acceso a los servicios y a la asistencia sanitaria, incluidas las vacunas de la COVID-19 para la sufrida población siria; el apoyo a las ONG, en particular a las organizaciones religiosas; una paz negociada, que evite el continuo estancamiento, que sólo provoca sufrimientos indecibles a los civiles inocentes.

“Los sirios, y especialmente la generación más joven de Siria, no pueden permitirse más las pruebas y la violencia de esta guerra. Se merecen un futuro mejor”, expuso.

Según un comunicado, Cáritas ha ayudado a una media de 1 millón de personas al año desde el comienzo de la guerra en 2011. La ayuda ha consistido en alimentos, educación, reparación de viviendas, apoyo psicológico y sanitario, proyectos de agua e higiene y, en los últimos años, una creciente orientación hacia proyectos de medios de subsistencia para ayudar a los sirios a ser más autónomos.

“Los sirios han pagado un alto precio por la guerra en Siria durante los últimos diez años en términos de asesinatos, desplazamientos internos y refugiados. La destrucción no distinguió entre casas, instalaciones públicas o centros médicos o educativos”, describió el director ejecutivo de Cáritas Siria, Riad Sargi.

“Las sanciones y el boicot a Siria, además de la Ley César”, continuó, “han afectado negativamente a la vida de los ciudadanos sirios, especialmente a los más vulnerables, ya que estas sanciones les golpean en el núcleo de su vida cotidiana, de modo que algunos de ellos sólo pueden comer pan y beber agua. Los contenedores de basura de las calles se convirtieron en una fuente de alimento para los más pobres”.

Explicación de la grave situación

El 60% de los niños sirios necesitan urgentemente educación, alimentos y calefacción y 2,4 millones no tienen acceso a la escuela. Uno de los principales objetivos de Caritas Internationalis es invertir en educación para los miles de niños sirios cuya escolarización se ha interrumpido a causa de la guerra.

“Queremos la paz, queremos el diálogo”, apuntó Mons. Jean-Abdo Arbach, arzobispo melquita de Homs, Hama y Yabroud, que también es presidente de Cáritas Siria.

“Pedimos al gobierno que coopere con la oposición para restablecer la dignidad humana. Después de 10 años de guerra, pedimos la cooperación internacional. Debido a la crisis en Oriente Medio, Siria ha caído en el olvido”, resaltó.