El pasado viernes 18 de febrero de 2022, el Papa Francisco, durante la audiencia concedida al cardenal Marcello Semeraro, prefecto de las Congregación paras las Causas de los Santos, autorizó a promulgar, entre otros, el Decreto relativo a las virtudes heroicas del siervo de Dios Eduardo Francesco Pironio, cardenal argentino de la Santa Iglesia Romana. De este modo, el purpurado pasa a ser venerable, lo que supone un paso hacia adelante en su causa de canonización.
Tal y como describe la Agencia Informativa Católica Argentina AICA, Pironio fue obispo de Mar del Plata y presidente del Consejo Pontificio para los Laicos y uno de los creadores de las Jornadas Mundiales de la Juventud. El 6 de febrero el arzobispo de Mercedes-Luján, Mons. Jorge Eduardo Scheinig, presidió en la basílica y santuario nacional de Nuestra Señora de Luján una misa en memoria de los 24 años de la muerte del cardenal argentino.
El prelado Scheinig señaló que el ya venerable fue un “hombre de fe y esperanza, un hombre lleno de gracia y santidad. Hoy los invito a rezar especialmente por él” para que la Iglesia lo pueda elevar prontamente a los altares. Desde el fallecimiento del mismo, anualmente se celebra una Eucaristía en su memoria el primer domingo de febrero en el santuario de Nuestra Señora de Luján, donde descansan sus restos, con el propósito mantener viva y actualizada su persona y su vida y, también, para pedir por su beatificación.
Cardenal Pironio
El medio informativo cuenta que Pironio nació el 3 de diciembre de 1920 en Nueve de Julio, en el seno de una familia de emigrantes italianos, y falleció en Roma el 5 de febrero de 1998. Fue cardenal obispo de la Iglesia católica titular de la sede suburbicaria de Sabina-Poggio Mirteto, es el sexto argentino agregado al Colegio cardenalicio, y el primer latinoamericano que desempeñó un cargo en la Curia Romana al momento de su creación cardenalicia.
Fue cardenal prefecto de Vida Consagrada (1974 – 1984) y presidente del Pontificio Consejo para los Laicos (1984 -1996). Asistió al Concilio Vaticano II, y a los cónclaves de 1978. A los 18 años ingresó al seminario San José de La Plata, y con 23 recién cumplidos es ordenado sacerdote, el 5 de diciembre de 1943, en la Basílica de Nuestra Señora de Luján por monseñor Anunciado Serafini .
Es nombrado profesor de literatura, latín, filosofía y teología sucesivamente en el Seminario Pío XII de Mercedes donde se dedica a la formación del clero durante 15 años. Entre 1953 y 1955 estudia en Roma, donde obtiene la licenciatura en teología por la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum). Su tesis versa sobre La Paternidad Divina en los escritos de Dom Columba Marmion.
A su regreso de Europa sigue como formador en los seminarios de Mercedes y La Plata, hasta su nombramiento como vicario general. El 8 de diciembre de 1958 fundó el Instituto Secular ‘Misioneras de Jesucristo Sacerdote’ en la localidad de Mercedes (provincia de Buenos Aires), con la consagración de las tres primeras misioneras.
Desde sus primeros años como sacerdote acompaña como asesor eclesiástico numerosos grupos de Acción Católica. En 1958 se le designa vicario general de la diócesis de Mercedes y se desempeña como profesor de Teología en la recientemente fundada Universidad Católica Argentina. En 1960 se le nombra rector del Seminario Metropolitano de Villa Devoto, asumiendo el cargo como el primer rector del clero diocesano después de la dirección de los padres jesuitas. En 1963 es designado visitador apostólico de las universidades católicas argentinas.
Fue Decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires. El 31 de mayo de 1964 es ordenado obispo con el título de Ceciri y obispo auxiliar de La Plata. Se dedicó al servicio pastoral de la arquidiócesis y también asume como asesor general de la Acción Católica Argentina.
Juan XXIII le nombró perito para la segunda sesión del Concilio Vaticano II y, al crearse en la Curia Romana el Secretariado para los No Creyentes, fue designado miembro. Fue también presidente de la Comisión de Fe y Ecumenismo de la Conferencia Episcopal Argentina. En 1967 fue designado administrador apostólico de la diócesis de Avellaneda. En 1969, san Pablo VI le nombró secretario general de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Colombia.
En 1970 fue elegido secretario general del CELAM. En 1972 fue escogido como presidente del mismo y reelegido en 1974. Ese mismo año, Pablo VI le nombró obispo de Mar del Plata hasta el 20 de septiembre de 1975. En 1975, el Pontífice le designó proprefecto de la Congregación para los Religiosos y los Institutos Seculares, dicasterio del que luego fue prefecto, y le trasladó de la sede episcopal de Mar del Plata a la sede arzobispal titular de Thiges.
En el consistorio de 1976 es creado cardenal con el título de los Santos Cosme y Damián. En 1984 san Juan Pablo II le designó presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, y le confirmó por un segundo quinquenio el 9 de abril de 1989 y por tercera vez el 9 de abril de 1994, hasta 1996 cuando presenta su renuncia.
El 11 de febrero de 1985, el Papa crea la Pontificia Comisión para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, y designa presidente al cardenal Pironio. Este cargo lo ejerció juntamente con la titularidad del Pontificio Consejo para los Laicos, hasta que el Papa reforma la Curia y convierte a la Pontificia Comisión en Pontificio Consejo con su propio presidente.
Como presidente del Pontificio Consejo, Pironio, por deseo de Juan Pablo II, organizó la primera Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Roma (1985) y las que le siguieron en Buenos Aires (1987), Santiago de Compostela (1989), Czestochowa (1991), Denver (1993) y Manila (1995).