Por consejo de los médicos, el Papa Francisco «con gran pesar» ha cancelado su viaje a Dubái, previsto del 1 al 3 de diciembre con motivo de la Cop28. La decisión -comunicada por el director de la Sala de Prensa vaticana, Matteo Bruni- se debe al estado de salud del Pontífice, al que un TAC realizado el pasado sábado reveló una inflamación de los pulmones.
La petición de los médicos
Bruni explicó en una nota difundida por la tarde: «Aunque el cuadro clínico general del Santo Padre ha mejorado respecto a la gripe y a la inflamación de las vías respiratorias, los médicos han pedido al Papa que no realice el viaje previsto para los próximos días a Dubái, con ocasión de la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático».
Pesar del Papa
«El Papa Francisco ha aceptado la petición de los médicos con gran pesar y, por tanto, el viaje queda cancelado», explica además el portavoz vaticano. E informa: «Dado que el Papa y la Santa Sede siguen estando dispuestos a formar parte de las discusiones que tendrán lugar en los próximos días, se definirán lo antes posible las modalidades mediante las cuales esto podrá llevarse a cabo».
El Papa Francisco tenía previsto partir hacia la ciudad emiratí el 1 de diciembre para asistir a la importante reunión sobre el cambio climático, donde debía pronunciar un discurso en la mañana del sábado 2. Al día siguiente, domingo 3, también tenía previsto inaugurar el Pabellón de la Fe dentro del recinto de la Ciudad Expo. Jorge Mario Bergoglio habrìa sido el primer Papa en asistir a la Conferencia de las Partes, hacia la que siempre ha mostrado su atención hasta el punto de mencionarla en gran parte de la exhortación Laudate Deum, como una oportunidad de cambio en la que depositar la esperanza para un mundo que ve agravarse la crisis climática.
Condiciones de salud
El sábado pasado, el Papa había cancelado todas las audiencias por motivos de salud. A primera hora de la tarde se había sometido a una tomografía computarizada en el hospital Gemelli Isola Tiberina de Roma, que -informó Matteo Bruni el lunes- descartó una neumonía, pero mostró una inflamación pulmonar causante de algunas dificultades respiratorias. Para un tratamiento más eficaz, se le colocó una cánula con aguja para infundirle antibióticos por vía intravenosa. Para evitar el frío de los últimos días en Roma, el Papa había rezado el Ángelus desde la capilla de la Casa Santa Marta y no desde la ventana del Palacio Apostólico, explicando él mismo su estado y agradeciendo el apoyo de los fieles.
Para facilitar la recuperación del Papa, se han aplazado algunos compromisos importantes previstos para estos días; en su lugar, se han mantenido otros de carácter institucional o más fáciles de soportar dado el actual estado de salud del Papa. Este último, sin embargo, ya ha mostrado una notable mejoría desde el lunes, sin fiebre ni problemas respiratorios particulares. «El estado del Papa es bueno y estacionario», dijo el director de la Oficina de Prensa del Vaticano. Sin embargo, para los médicos es preferible que Francisco siga descansando y no se enfrente al esfuerzo que supone cada viaje.