Los obispos de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) publicaron ayer, lunes 30 de agosto de 2021, un comunicado oficial en el que señalan que “ya no se puede postergar una verdadera reforma al sistema judicial”. En el documento, denuncian la necesidad de recuperar la administración de una justicia para el país que sea transparente, imparcial e independiente para el bien de la democracia nacional.
Al comienzo de su mensaje, los prelados bolivianos expresan su preocupación “ante la deplorable situación de los derechos humanos y la manipulación de la administración de la justicia que se vive en nuestro país en los últimos tiempos, hechos que han causado tensiones y divisiones en la población y han sumido en el dolor a tantas personas”.
Estado de Derecho y libertad
Seguidamente, argumentan que el Estado de Derecho del país “ha pasado a ser una herramienta de revancha en manos de los que detentan el poder, desconociendo la independencia de poderes, dañando gravemente la democracia y causando indefensión y sufrimientos en tantos ciudadanos”. Y añaden que “en un país democrático, no es aceptable que entre el 70 y el 75% de la población carcelaria se halle sin sentencia y privada de libertad, a menudo en condiciones infrahumanas”.
En este sentido, la CEB hace referencia a la señora Jeanine Áñez, expresidenta de Bolivia: “Su situación es especialmente preocupante por la evidente conculcación de su derecho a defenderse en libertad y al debido proceso, además del trato falto de piedad recibido”.
“No se puede seguir ignorando los derechos fundamentales reconocidos por nuestra Constitución y pasar por alto el principio de presunción de inocencia; menos aún, usarlo arbitrariamente”, ilustra. Y continúa diciendo que “todos tienen el derecho al respeto de su dignidad y su vida, incluso quienes están cumpliendo una pena aplicada de modo justo”.
Reforma judicial y reconciliación
“Ya no se puede postergar una verdadera reforma del sistema judicial que recupere la administración de la justicia transparente, imparcial e independiente; solo así se puede garantizar el estado de Derecho y la democracia, la dignidad de toda persona y el bien común, la unidad y el desarrollo verdadero y pleno de nuestra sociedad. Para eso, se requiere un amplio acuerdo nacional, en el que tengan representación todos los sectores políticos y sociales, con espíritu de diálogo, de paz y respeto mutuo”, recalcan los obispos.
Y concluyen diciendo que “todos los ciudadanos tenemos que colaborar a reconciliarnos entre todos y crear un clima fraterno y pacífico, dejando a un lado lo que divide, incluso la violencia verbal, y buscando lo que nos une”, y reiteran que “todos estamos llamados a la reconciliación y a la paz, pues lo que nos hace impuros no proviene de fuera sino del corazón”.