14 marzo, 2025

Síguenos en

Jaime Millás

Voces

28 enero, 2022

4 min

Bioética: Primer trasplante de corazón de cerdo a humano

Es la primera vez que un órgano de cerdo se trasplanta a una persona

Bioética: Primer trasplante de corazón de cerdo a humano
En en una cirujía © Canva

Jaime Millás, licenciado en Ciencias Biológicas y Ciencias de la Educación, experto en Dirección de Instituciones Educativas y doctor en Bioética, ofrece este artículo titulado “Primer trasplante de corazón de cerdo a humano”.

***

Recientemente ha sido trasplantado un corazón de cerdo a un ser humano. Esto ha sucedido en Baltimore, Maryland. “Ha sido un largo camino para llegar a este punto, y es muy emocionante que estemos en un punto en el que un grupo estaba listo para probar esto”, dice Megan Sykes, cirujana e inmunóloga de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York. ”Creo que habrá muchas cosas interesantes que aprender”.

Aunque ya hace décadas que se busca trasplantar órganos de animales a seres humanos (el denominado xenotrasplante) todavía hay muchos problemas técnicos que resolver. Además, es necesario respetar los criterios éticos de respeto por las personas, así como la valoración de riesgos y posibles beneficios.

Es la primera vez que un órgano de cerdo se trasplanta a una persona que tiene la oportunidad de sobrevivir, al menos por un tiempo. En 2021, cirujanos de Nueva York trasplantaron riñones de la misma línea de cerdos modificados genéticamente a dos personas legalmente muertas sin una función cerebral perceptible. No se produjo rechazo y los órganos funcionaron normalmente mientras los receptores estaban conectados a ventiladores.

Hasta ahora la investigación se había realizado en primates no humanos. El xenotrasplante ha experimentado avances significativos en los últimos años con la llegada de la edición genética CRISPR-Cas9, que facilitó la creación de órganos de cerdo con menos probabilidades de provocar una reacción del sistema inmunitario humano. El último trasplante utilizó órganos de cerdos con 10 modificaciones genéticas.

La FDA (Administración de Drogas y Alimentos de los EEUU) rechazó la posibilidad de realizar un ensayo clínico de trasplante de corazones de cerdo a humanos. La FDA exigía que primero se hiciera el trasplante a 10 babuínos.

David Bennet, de 57 años, que había recibido apoyo cardíaco durante casi dos meses y, debido a un latido cardíaco irregular, no podía recibir la ayuda de una bomba cardíaca mecánica, pudo ser el sujeto de este xenotrasplante con el permiso de la FDA, pues de lo contrario se enfrentaba a una muerte segura. La cirugía salió bien y la función cardíaca era adecuada.

Por el momento, el trasplante está limitado por la normativa vigente y por la oferta de cerdos. Solo hay una empresa que tiene instalaciones adecuadas y animales de calidad clínica.  Para fabricar el corazón de cerdo utilizado en el trasplante, la compañía eliminó tres genes de cerdo que desencadenan ataques del sistema inmunitario humano y agregó seis genes humanos que ayudan al cuerpo a aceptar el órgano. Una modificación final tiene como objetivo evitar que el corazón responda a las hormonas de crecimiento, asegurando que los órganos de los animales de 400 kilogramos sigan siendo del tamaño de un humano.

Aunque la combinación parece haber funcionado, no está claro cuántas de las modificaciones son necesarias. ”Se necesita mucha más ciencia para evaluar cada modificación genética”, dice Sykes, quien agrega que “necesitamos esa información” porque las modificaciones también tienen el potencial de ser perjudiciales para las personas. Por ejemplo, en otra investigación se ha encontrado que en los babuinos que reciben riñones de cerdo, la modificación de la hormona del crecimiento causa problemas con el transporte de orina.

Desde el punto de vista bioético, el inconveniente que presentan estos experimentos se reduce fundamentalmente a la seguridad del procedimiento, el balance entre los riesgos y los posibles beneficios. Hay que tomar en consideración los efectos secundarios que se produzcan como resultado de la utilización de órganos genéticamente modificados que, además, al provenir de animales, conllevan el riesgo de provocar zoonosis: en el caso de los cerdos pueden transmitir retrovirus, presentes en todos sus genomas.

No estamos tratando aquí de las quimeras humano-animal, producidas por la inserción de células pluripotenciales humanas en un embrión animal que conllevan el riesgo de que esas células migren al cerebro o a los órganos reproductores, lo que constituye un grave problema ético. Sin embargo, también en este tipo de investigaciones en xenotrasplantes, que buscan paliar la falta de órganos, debemos ser prudentes y valorar con justeza los peligros para no ir más allá de lo conveniente. La ciencia biomédica no se beneficia de investigaciones que incumplan normas bioéticas, sino que avanza de la mano del respeto a la dignidad de la persona.

Jaime Millás

Licenciado en Ciencias Biológicas, por la Universidad de Valencia (España), ciudad donde nació en 1953, es licenciado en Ciencias de la Educación por la Universidad de Piura (Perú) y Máster en Dirección de Instituciones Educativas por el Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid. También es Máster en Bioética por la Universidad de Murcia (España) y Doctor en Bioética por la Universidad Católica de Valencia (España) con una tesis sobre “Reflexión bioética sobre la opinión de los médicos peruanos acerca de la aplicación de la terapia con células madre en clínicas de Latinoamérica” (Sobresaliente Cum Laude). En Valencia fue subdirector del Colegio Mayor “Albalat” y, tras fijar su residencia en el Perú, en 1977, director de varios Centros Culturales de Lima y del Colegio Alpamayo desde 1988 hasta 2004. Ha sido vicepresidente del Centro de Orientación Familiar (COFAM) y trabajó en la oficina de proyectos de la Asociación para el Desarrollo de la Enseñanza Universitaria (ADEU), entidad promotora de la Universidad de Piura. Asimismo ha sido secretario de la Asociación Civil “Piura 450”, promotora de colegios en Chiclayo y Piura. También ha sido director del Colegio “Turicará” de Piura entre los años 2005 y 2012. Actualmente se desempeña como presidente del Comité Institucional de Ética en Investigación de la Universidad de Piura. Director del Departamento de Ciencias Básicas y Bioética, y director de Estudios de la Facultad de Medicina de la Universidad de Piura. Coautor del libro “Bioética en Investigación. Fundamentos, principios, aplicaciones”. Y autor de otros libros de Bioética y educación, así como artículos de Bioética en revistas indexadas.