En una entrevista reciente, el doctor Justo Aznar, del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia (UCV), señaló que “querer la muerte digna de un paciente que sufre, es darle los cuidados paliativos que necesita”. A continuación, sigue el texto completo de sus declaraciones.
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El director del Observatorio de Bioética de la UCV, Justo Aznar, aseguró en una entrevista reciente que “querer la muerte digna de un paciente que sufre es darle los cuidados paliativos que requiere”. “Hace ya años que se propuso en España una ley de cuidados paliativos, que no se ha debatido. En cambio, la de la eutanasia se ha propuesto y aprobado en medio de una pandemia con un procedimiento exprés.
Es absolutamente inadmisible no se haya puesto en marcha primero una ley de cuidados paliativos para ver si los pacientes que los reciben piden después la eutanasia. Los cuidados paliativos son los que permiten que haya una muerte realmente digna si el estado de salud de la persona conducirá eventualmente a ello”, expone.
En opinión de Aznar, esta ley se ha aprobado “sin consenso” social o médico: “Sorprende mucho que este Gobierno no haya tenido en cuenta ninguno de los informes de la Asociación Mundial Médica, del Consejo General de Médicos Españoles o de la Comisión de Bioética de España.
Es grave que en un Estado de derecho se aprueben leyes basándose en casos extremos”. “La medicina es una vocación de acompañamiento y sanación. La eutanasia es, muchas veces, un grito desesperado de alguien a quien no se da la ayuda que necesita. Cuando la Sanidad, la sociedad da esa ayuda, es muy difícil que haya personas que pidan la eutanasia”, aseveró.
Ley de eutanasia, pendiente resbaladiza
Por otro lado, Aznar aseguró que, “cuando se abre una puerta en bioética, se sabe lo que va a suceder en ese momento, pero no se sabe a lo que se va a llegar después, y es muy difícil volver a cerrarla”.
En ese sentido, el director del Observatorio de Bioética de la UCV afirmó que los “elevados requisitos” del principio en las leyes de eutanasia “se van suavizando con el tiempo hasta que prácticamente cualquier persona puede recurrir a esta práctica”. “Esto no es una elucubración de aquellos que estamos en contra de la eutanasia, tenemos los datos de los dos laboratorios sociológicos que han sido y son Holanda y Bélgica en esta cuestión, que sabemos hasta dónde ha llegado.
Se ha aceptado ya la eutanasia para niños, neonatos, o personas con trastornos psiquiátricos, demencia o discapacidad mental. Esta pendiente resbaladiza puede acabar llevando a aplicar la eutanasia a personas que no la piden, la llamada eutanasia involuntaria. Esto está pasando en Holanda, donde entre el 0,4% y el 0,7% de las eutanasias aplicadas fueron de ese tipo”, subrayó.