16 marzo, 2025

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Beato Modestino De Jesus Y De Maria (Domenico Mazzarella), 24 de julio

El 29 de enero de 1995 Juan Pablo II beatificó a este humilde religioso franciscano. Nació en Frattamaggiore (Nápoles) el 5 de septiembre de 1802, en el seno de una familia de artesanos; su padre era cordelero y su madre tejedora de cáñamo. Fue el benjamín de seis hermanos. Sus padres no tenían muchos recursos […]

Beato Modestino De Jesus Y De Maria (Domenico Mazzarella), 24 de julio

El 29 de enero de 1995 Juan Pablo II beatificó a este humilde religioso franciscano. Nació en Frattamaggiore (Nápoles) el 5 de septiembre de 1802, en el seno de una familia de artesanos; su padre era cordelero y su madre tejedora de cáñamo. Fue el benjamín de seis hermanos. Sus padres no tenían muchos recursos económicos, pero le legaron su fe: el tesoro más grande que poseían. Le pusieron por nombre Domingo. Hacia los 5 años quedó impactado al ver la procesión de los santos Sossio y Severino que eran trasladados desde su sede habitual, el monasterio napolitano benedictino, a la Iglesia patronal. Desde entonces Domingo se implicó más en la parroquia, de la que fue monaguillo. Frecuentaba la escuela parroquial de San Sossio y solía visitar la imagen de la Virgen del Buen Consejo, siendo fiel a la devoción que heredó de su madre Teresa. Era un muchacho sensible e inclinado a la vida religiosa, por eso al recibir el sacramento de la Confirmación el párroco le propuso ingresar en el Seminario de Aversa.

Como no podían costearle los estudios, a los 16 años fue acogido gratuitamente por mediación del obispo, Mons. Agostino Tomáis, que le amparaba. A la trágica y prematura muerte de éste, regresó al domicilio familiar y siguió estudiando hasta que en 1822 tomó contacto con los franciscanos del convento de Grumo Alcantarini Nevano y en noviembre de ese año se unió a ellos. Dos franciscanos habían influido en su decisión, uno de ellos fue fray Modestino de Jesús y María de Ischia. Pero este fraile murió unos meses antes de profesar Domingo y en honor a él, cuando llegó el momento en 1824, adoptó el nombre de Modestino. Fue ordenado sacerdote tres años más tarde y celebró su primera misa en Grumo Nevano. A partir de entonces, inició una infatigable acción apostólica en distintos lugares: Marcianise, Portici, Mirabella Eclano, Pignataro Maggiore de Nápoles y luego a Santa Lucia al Monte. Aunque el destino que marcó su quehacer fue el convento de Santa Maria Della Sanità, situada en el popular barrio de la Salud donde llegó en 1839.

Tenía facilidad para transmitir el Evangelio a las gentes sencillas porque difundía la Palabra de Dios con un lenguaje claro y accesible. Junto a la predicación, destinaba gran parte de su tiempo a la confesión. Durante horas atendía a los prisioneros, a los enfermos y a los que se hallaban ingresados en hospitales de los suburbios. A todos les infundía la devoción que había recibido de su madre por Nuestra Señora del Buen Consejo. Fue un gran defensor de la vida; alentó a las mujeres a seguir adelante con su maternidad sin frustrar el embarazo. También se ocupó de que la juventud abandonada pudiera contar con un lugar digno para sus reuniones. Con las limosnas que le daban personas pudientes, socorría a los pobres. Por sus rasgos de piedad y la ternura de su trato, las gentes espontáneamente le denominaban «Gesùcristiello» (como un pequeño Jesucristo). El papa Pío IX, con el que mantenía gran amistad, le llamaba «loco de la Santísima Virgen». La notoriedad de fray Modestino no se redujo al ámbito local en el que realizaba su acción apostólica, aunque fuese amplio. Notables personalidades recabaron su presencia para recibir sus valiosos consejos. No ocultaban su admiración por él, entre otros, el arzobispo de Nápoles, el cardenal Sisto Riario Sforza, y el rey Fernando II de Borbón. Cuando se desató la epidemia de cólera en Nápoles, el beato se apresuró a prestar ayuda y consuelo a los numerosos afectados. No tuvo en cuenta el grave riesgo de contagio que corría y debilitado por el ayuno fue presa fácil de la enfermedad. De modo que el 24 de julio de 1854, después de haber suplicado que le perdonasen, volvió sus ojos a la Madre del Buen Consejo, y entregó su alma a Dios. Esta noticia llenó de estupor a las gentes de Nápoles que hasta el último momento habían esperado que todo fuese un error. El príncipe de San Agapito, alcalde de la ciudad, exclamó: «Hemos perdido el consuelo de Nápoles». Una ingente multitud despidió a fray Modestino, sin poder contener las lágrimas, mientras las fuerzas del orden público se ocupaban de poner cordura en quienes se afanaban por obtener una reliquia aunque fuera desmantelando su confesionario.

santoral Isabel Orellana© Isabel Orellana Vilches, 2018
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Isabel Orellana

Isabel Orellana Vilches Misionera idente. Doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona con la tesis Realismo y progreso científico en la epistemología popperiana. Ha cursado estudios de teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Con amplia actividad docente desde 1986, ha publicado libros como: Realismo y progreso científico en la epistemología popperiana, Universitat Autònoma de Barcelona, 1993; El evangelio habla a los jóvenes, Atenas, Madrid, 1997; Qué es... LA TOLERANCIA, Paulinas, Madrid, 1999; Pedagogía del dolor. Ensayo antropológico, Palabra, Madrid, 1999; En colaboración con Enrique Rivera de Ventosa (†) OFM. Cap. San Francisco de Asís y Fernando Rielo: Convergencias. Respuestas desde la fe a los interrogantes del hombre de hoy, Universidad Pontificia, Salamanca, 2001; La "mirada" del cine. Recursos didácticos del séptimo arte. Librería Cervantes, Salamanca, 2001; Paradojas de la convivencia, San Pablo, Madrid, 2002; En la Universidad Técnica Particular de Loja, Ecuador, ha publicado: La confianza. El arte de amar, 2002; Educar para la responsabilidad, 2003; Apuntes de ética en Karl R. Popper, 2003; De soledades y comunicación, 2005; Yo educo; tú respondes, 2008; Humanismo y fe en un crisol de culturas, 2008; Repensar lo cotidiano, 2008; Convivir: un constante desafío, 2009; La lógica del amor, 2010; El dolor del amor. Apuntes sobre la enfermedad y el dolor en relación con la virtud heroica, el martirio y la vida santa. Seminario Diocesano de Málaga, 2006 y Universidad Técnica Particular de Loja, Ecuador (2007). Cuenta con numerosas colaboraciones en obras colectivas, así como relatos, cuentos, fábula y novela juvenil, además de artículos de temática científica, pedagógica y espiritual, que viene publicando en distintas revistas nacionales e internacionales. En 2012 culminó el santoral Llamados a ser santos y poco más tarde Epopeyas de amor prologado por mons. Fernando Sebastián. Es la biógrafa oficial del fundador de su familia espiritual, autora de Fernando Rielo Pardal. Fundador de los Misioneros Identes, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2009. Culmina la biografía completa. Encargada del santoral de ZENIT desde 2012 a 2020 y ahora en Exaudi