11 abril, 2025

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Beata Isabel Canori Mora, 05 de febrero

Laica, madre de familia

Beata Isabel Canori Mora, 05 de febrero

El santo es un héroe del amor. Con la gracia de Cristo puede alcanzar cotas sublimes desconocidas para muchas personas que tal vez no se han adentrado en la profunda belleza de la vida mística. Esta perspectiva permite entender el lenguaje de los santos, y su fortaleza viviendo el mensaje evangélico sin adulterarlo. Antes de narrar la tormentosa existencia de la beata, hay que decir que el raciocinio no puede acoger la respuesta que dio a momentos delicados de su acontecer. Vivió hechos que para una sociedad sensibilizada ante los malos tratos domésticos, como la de hoy día, no podría entenderse su actuación. Desde la perspectiva de la virtud se constata que fue fidelísima a lo que entendió que debía hacer en esos instantes. Pero un desconocedor de la vida espiritual podría tender a desvirtuar la clave del amor desde Cristo con el que esta beata vivió su particular martirio. En una palabra, la razón situaría su proceder en una dimensión distinta de la que pretendió, que no fue otra que aprovechar las circunstancias dolorosas para su santificación. Su vida estuvo marcada por profundos sufrimientos: infidelidad y maltrato de su esposo, el jurista romano, Cristóforo Mora, muerte prematura de dos de sus cuatro hijos, persecuciones familiares y graves problemas económicos.

Nació en Roma el 21 de noviembre de 1774. Sus padres, que gozaban de buena posición y eran creyentes, la matricularon en el colegio regido por las Hermanas Agustinas de Cascia. Ya se apreciaba en ella una sensibilidad hacia la vida espiritual, con la práctica de la oración y de la penitencia. En una experiencia mística que tuvo a los 12 años, hizo voto de castidad. Ese anhelo perecería cuando se dejó llevar por otros afanes de juventud impregnados de banalidad. Todo transcurría dentro de un cierto orden, hasta que en 1796 contrajo matrimonio. De sus posteriores manifestaciones se deduce que a ello le llevó una cierta insensatez, ya que califica su decisión como «temerario atentado», un «enorme delito» o un «nefando perjurio». Y es que las debilidades de su esposo fueron el detonante de la mayoría de sus desgracias. Además de humillarla psicológicamente y de maltratarla físicamente, con la infidelidad a la que la sometió arrojándose a otros brazos, abrió la puerta a la desidia. Perdió su trabajo y llevó a todos a la ruina.

A tantas afrentas, y sin aceptar la sugerencia de sus más cercanos, e incluso de su confesor, que consideraban que debía abandonarlo, Isabel respondió ejercitando la paciencia y el perdón mientras oraba por él insistentemente confiando en su conversión. Llevada de este anhelo, exclusivamente, determinó ofrendar a Cristo el sacrificio de su vida, que entregó también por la mujer que ocupaba el corazón de su esposo, impidiendo que se hablase mal de ella en su presencia. Tuvieron cuatro hijas, de las que solo sobrevivieron dos. A ella le debían haberlas sacado adelante obteniendo el sustento con su propio trabajo. Después, una de las hijas, María Lucina, que fue religiosa, se convirtió en su biógrafa.

En 1801 Isabel contrajo una grave enfermedad; en su curación hubo algo de sobrenatural y supuso el inicio de sublimes experiencias místicas que se prolongaron desde 1807 hasta 1824. La familia fue un pilar para ella, y las atenciones y cuidados que prodigaba a la suya, las extendió a otras necesitadas. Una de sus características fue la alegría, que acompañaba a los celestiales consuelos que recibía. Ahora bien, como en sus visiones frecuentemente se le daban a entender las estremecedoras tribulaciones que aquejarán a la Iglesia en los últimos tiempos, y la ingratitud de muchos seres humanos ante el amor de Dios, sufría poderosamente y vertía abundantes lágrimas. Tuvo el don de profecía. Vaticinó la conversión de su esposo y su vinculación a la Orden Terciaria Trinitaria, hecho que se produjo en 1807. Isabel murió el 5 de febrero de 1825 y Cristóforo profundamente arrepentido ingresó con los Terciarios trinitarios ese mismo año. Luego fue Fraile Menor Conventual y sacerdote. Al morir en 1845 lo hizo con fama de santidad. Isabel fue beatificada por Juan Pablo II el 24 de abril de 1994, declarado Año Internacional de la Familia.

© Isabel Orellana Vilches, 2024
Autora vinculada a
santoral Isabel OrellanaObra protegida por derechos de autor.
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Isabel Orellana

Isabel Orellana Vilches Misionera idente. Doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona con la tesis Realismo y progreso científico en la epistemología popperiana. Ha cursado estudios de teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Con amplia actividad docente desde 1986, ha publicado libros como: Realismo y progreso científico en la epistemología popperiana, Universitat Autònoma de Barcelona, 1993; El evangelio habla a los jóvenes, Atenas, Madrid, 1997; Qué es... LA TOLERANCIA, Paulinas, Madrid, 1999; Pedagogía del dolor. Ensayo antropológico, Palabra, Madrid, 1999; En colaboración con Enrique Rivera de Ventosa (†) OFM. Cap. San Francisco de Asís y Fernando Rielo: Convergencias. Respuestas desde la fe a los interrogantes del hombre de hoy, Universidad Pontificia, Salamanca, 2001; La "mirada" del cine. Recursos didácticos del séptimo arte. Librería Cervantes, Salamanca, 2001; Paradojas de la convivencia, San Pablo, Madrid, 2002; En la Universidad Técnica Particular de Loja, Ecuador, ha publicado: La confianza. El arte de amar, 2002; Educar para la responsabilidad, 2003; Apuntes de ética en Karl R. Popper, 2003; De soledades y comunicación, 2005; Yo educo; tú respondes, 2008; Humanismo y fe en un crisol de culturas, 2008; Repensar lo cotidiano, 2008; Convivir: un constante desafío, 2009; La lógica del amor, 2010; El dolor del amor. Apuntes sobre la enfermedad y el dolor en relación con la virtud heroica, el martirio y la vida santa. Seminario Diocesano de Málaga, 2006 y Universidad Técnica Particular de Loja, Ecuador (2007). Cuenta con numerosas colaboraciones en obras colectivas, así como relatos, cuentos, fábula y novela juvenil, además de artículos de temática científica, pedagógica y espiritual, que viene publicando en distintas revistas nacionales e internacionales. En 2012 culminó el santoral Llamados a ser santos y poco más tarde Epopeyas de amor prologado por mons. Fernando Sebastián. Es la biógrafa oficial del fundador de su familia espiritual, autora de Fernando Rielo Pardal. Fundador de los Misioneros Identes, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2009. Culmina la biografía completa. Encargada del santoral de ZENIT desde 2012 a 2020 y ahora en Exaudi