Baldaquino de San Pedro: aquí están las primeras imágenes de la obra

Comienza la construcción del andamiaje que permitirá restaurar la monumental obra de Bernini

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(C) Acali / Exaudi

El primer impacto puede resultar chocante para los fieles y turistas que entraron hace unos días en la Basílica de San Pedro. Allí donde reposan los restos mortales del Apóstol, en el corazón de la iglesia más grande del mundo, centro de la cristiandad, el baldaquino de Bernini que domina majestuosamente el altar y la tumba de Pedro comienza a ser envuelto por los relucientes andamios que permitirán restaurar la monumental obra.

El baldaquino, piedra angular de la basílica

Trabajadores en obras para montar andamios y protecciones (C) Acali / Exaudi

«La basílica quiere ser acogedora e integradora, como es su vocación», dijo el padre Enzo Fortunato, director de comunicación de la Basílica Vaticana. «El objetivo es expresar los valores reflejados en el arte que son monumentos a la fe. Y el baldaquino es la bisagra en torno a la cual gira toda la arquitectura de la basílica».

Una restauración compleja

Una restauración complicada por mil aspectos técnicos, empezando por el hecho de que se utilizan materiales diferentes: del oro al bronce, del mármol a la madera. Sin olvidar las dimensiones: casi 30 metros de altura en la cruz, como un edificio de diez pisos. Dos metros y medio miden las bases de piedra de las columnas, cuatro metros las estatuas situadas sobre ellas.

El altar disponible para Pascua

Capitanucci e padre Fortunato (C) Acali / Exaudi

«La parte superior es la más delicada, hecha de madera con elementos de bronce y estuco», explica el ingeniero Alberto Capitanucci, que supervisa los trabajos. La última restauración data de hace unos 250 años. Sin embargo, esta nueva operación no afectará al uso del altar para las celebraciones papales. El andamiaje estará terminado antes de Pascua y para los ritos de Semana Santa se retirarán también los 250 metros cuadrados de revestimiento de madera que actualmente protegen el altar y sus alrededores, incluida la escalinata. A continuación, los andamios se cubrirán con láminas, cuyo color se está eligiendo estos días. De hecho, será necesario equilibrar tres requisitos: no crear problemas para la filmación televisiva con reflejos excesivos, proteger la intimidad de los trabajadores y, al mismo tiempo, permitir las mejores condiciones de iluminación para los restauradores.


Los estudios sobre la marquesina

La Bóveda del palio (C) Acali / Exaudi

Está previsto que los trabajos, que comenzaron el Miércoles de Ceniza, concluyan a finales de noviembre, con el fin de «liberar» el baldaquino antes de la apertura de la Puerta Santa del próximo Jubileo. Entre diez y doce personas trabajarán en la obra durante unos ocho meses. «Nadie ha estado nunca tranquilamente encima del palio en los últimos doscientos años», explica además Capitanucci. «Será una oportunidad para estudiar mejor la parte de madera, donde está el icono del Espíritu Santo, y también para comprender algunos fondos estáticos que nunca se han investigado a fondo».

Con vistas al Jubileo

Estas obras hay que verlas en la perspectiva del Año Santo: «Creo que la restauración en sí adquiere un significado profundo en vista del Jubileo, que es una puerta abierta pero también una casa hermosa, acogedora, limpia», dice el padre Fortunato, que luego subraya el «aspecto yo diría antropológico,

Baldacchino
(C) Acali / Exaudi

porque como ocurrió en Asís, donde había una sana competencia entre artistas, aquí ha habido una reconciliación en la colaboración entre Bernini y uno de sus rivales más enconados, Borromini. Aspectos que nos dicen que es posible trabajar juntos, estar juntos».