El Papa Francisco ha resaltado que en los momentos de cansancio, de debilidad “tenemos que avivar nuestra fe, despertar a Jesús que duerme en nuestro corazón y escuchar su voz que nos habla”.
Durante la audiencia general de hoy, miércoles 10 de noviembre de 2021, el Santo Padre ha concluido el ciclo de catequesis sobre la Carta del Apóstol Pablo a los Gálatas, centrando su meditación en el tema: “No nos dejemos vencer por la fatiga” (cf. Lectura: Gal 6,9-10.18).
El Papa explica cómo, a través de estas catequesis, hemos visto a san Pablo “como evangelizador, teólogo y pastor que sabe escuchar la Palabra de Dios, incluso en el silencio de las obras que Jesús cumple”. El Apóstol ha presentado la fe “con intuiciones muy originales y no como algo que nos apacigua y aplaca sino como un revulsivo que nos llama como comunidad a abandonar el pecado para seguir la vida del Evangelio”.
Entusiasmo ante las dificultades
Asimismo, Francisco indica cómo de esta enseñanza del Apóstol nace “el entusiasmo, que nos lleva a abrazar el camino de la libertad bajo la guía del Espíritu”. No obstante, añade, “ante las dificultades puede surgir también un cansancio que frena este entusiasmo y nos hace sentir como los discípulos que estaban en la barca la noche de la tormenta, mientras el Señor dormía y parecía no importarle el peligro”.
En esos momentos, prosigue el Pontífice, “tenemos que avivar nuestra fe, despertar a Jesús que duerme en nuestro corazón y escuchar su voz que nos habla. El Señor ve más allá de la tormenta y, a través de su mirada serena, podremos contemplar el panorama de forma distinta”.
Caminar en la alegría y la libertad
Finalmente, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Obispo de Roma invita “a pedir con confianza al Espíritu Santo que ayude nuestra debilidad”. Y propone “lo podemos hacer con la oración que nos propone la liturgia del día de Pentecostés y que comienza así: ‘Ven Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido. Luz que penetras las almas, fuente del mayor consuelo’”.
“Nos hará bien recitarla frecuentemente, nos ayudará a caminar en la alegría y la libertad”, concluye.