“Si es auténtico, el artista es capaz de hablar de Dios mejor que nadie, para hacernos percibir su belleza y su bondad, para llegar al corazón humano y hacer brillar en él la verdad”. Son palabras dirigidas esta mañana por el Papa Francisco a los miembros de la Asociación Diaconie de la beauté en su audiencia privada con motivo de la celebración del 10º aniversario de su fundación.
Según describe en su propia página web, Diaconie de la beauté es una asociación cuyo objetivo radica en servir a los artistas y a la Iglesia, así como dar sentido al arte en todas sus formas y, sobre todo, transmitir el deseo de belleza.
La belleza crea comunión
Al comienzo de su discurso, el Santo Padre ha descrito cómo la Biblia habla de la “belleza del universo y de todo lo que contiene, y que se refiere por analogía a la del Creador”. También que “cada uno de nosotros está llamado por naturaleza para ser artesanos y guardianes de tal belleza. En cierto modo, la obra artística complementa la belleza de la creación y, cuando se inspira en la fe, revela más claramente a las personas el amor divino que está en su origen”.
Citando su saludo a los dirigentes del Patronato de Artes en el Museo Vaticano de 2005, el Pontífice ha destacado que “la belleza es capaz de crear comunión” porque “une a Dios, al hombre y a la creación en una sola sinfonía; porque conecta el pasado, el presente y el futuro; porque atrae a pueblos diferentes y lejanos en la misma mirada”.
La Iglesia necesita el arte
Asimismo, ha señalado que el artista no está limitado por el tiempo, “porque su arte habla a todas las época”, ni tampoco por el espacio, “porque la belleza puede tocar en todos lo que es universal, especialmente la sed de Dios, superando las fronteras de las lenguas y las culturas”.
Citando la Carta a los Artistas de san Juan Pablo II, Francisco ha aseverado que “para transmitir el mensaje que le ha sido confiado por Cristo, la Iglesia necesita el arte”. Esta debe, continúa, “transferir a fórmulas significativas lo que es en sí mismo inefable. Ahora bien, el arte tiene su propia capacidad para captar uno u otro aspecto del mensaje traduciéndolo en colores, formas y sonidos que siguen la intuición del espectador o del oyente”.
La belleza, fuente de alegría
Seguidamente, ha exhortado a los miembros de Diaconie de la beauté a “cultivar su arte” y dirigirse “a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, cuidando siempre de que haya una cierta comprensión por su parte, porque un arte incomprensible y hermético fracasa en su propósito”, y les ha aclarado que la Iglesia cuenta con ellos “para ayudar a nuestros hermanos y hermanas a tener un corazón sensible y compasivo, una mirada renovada de amor por el mundo y por los demás”.
“En el difícil contexto actual del mundo, en el que el desconcierto y la tristeza parecen a veces imponerse, su misión es más necesaria que nunca, porque la belleza es siempre una fuente de alegría que nos pone en contacto con la bondad divina. Si hay belleza es porque Dios es bueno y nos la da. Y esto nos da alegría, nos tranquiliza, nos hace bien”.
