Los obispos de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) enviaron el pasado viernes 5 de marzo de 2021 una carta al prelado de Formosa, monseñor José Vicente Conejero, en la que le hacen llegar su “cercanía fraterna y solidaridad con la situación que está viviendo el pueblo” de la provincia.
Adoptar medidas
En su mensaje, la CEA manifiesta a Mons. Conejero que comparte su “preocupación de pastor de esa querida provincia”, y señala que “es preciso adoptar todas las medidas sanitarias que sean necesarias para combatir la COVID-19, dentro de la razonabilidad y conforme al contexto de su circulación”.
Sin embargo, continúa, “de ninguna manera puede aceptarse el ejercicio de cualquier forma de represión violenta contra ciudadanos que reclaman por la plena vigencia de sus derechos humanos y sociales”.
Camino al diálogo social
Los obispos argentinos explican que “seguramente no faltarán caminos para que la Iglesia junto a otros sectores de la sociedad impulsen el diálogo y la amistad social que alejen definitivamente cualquier forma de prepotencia personal o institucional, propias de otros tiempos trágicos de nuestra Patria”.
“Unidos a vos, a tu presbiterio y comunidades, rezamos para que cese la violencia”, apuntan, y concluyen diciendo “en las manos de la Virgen del Carmen, ponemos esta súplica a Cristo, Señor de la historia”.
Tensión y violencia en las calles
Tal y como ha informado Agenzia Fides hoy lunes 8 de marzo de 2021, Formosa, provincia del norte de Argentina y frontera con Paraguay, ha vivido tensión y violencia después de que las autoridades hubieran ejecutado un cierre total por la pandemia, retornando de este modo a la Fase 1 del Estado de Alarma.
Ante esta medida, la población ha salido a la calle a manifestarse en contra del confinamiento por necesidad de trabajar y salvar una economía local que ya estaba en crisis. Fue el gobernador de la provincia quien pidió la intervención de la policía. Testigos han afirmado que la operación policial contra los manifestantes se ejerció con una violencia desproporcionada, hasta el punto de provocar reacciones en distintas instituciones.