Ayer, 13 de octubre de 2021, el Papa Francisco aprobó el decreto que abre el camino para que dos misioneros, “mártires del Zenta”, que defendieron a las comunidades indígenas en Argentina, sean beatificados.
Pedro Ortiz de Zárate, sacerdote diocesano, y Giovanni Antonio Solinas, sacerdote profeso de la Compañía de Jesús, fueron asesinados por odio a la fe el 27 de octubre de 1683 en el Valle del Zenta, Argentina. De acuerdo a Vatican News, se encontraban en la zona junto con 18 laicos, entre los que había también algunos indígenas conversos, y fueron tiroteados por aborígenes pertenecientes a las tribus tobas y mocovíes, cuando acababan de celebrar Misa.
La comunidad de Orán, en Argentina, vive este acontecimiento como un momento de mucha gracia para la diócesis. Monseñor Luis Antonio Scozzina, conversó con la agencia de noticias con la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA). Este anuncio coincide, además, con la celebración del 60º aniversario de la diócesis, de manera que Mons. Scozzina hizo un repaso a la historia de la misma.
Espíritu pacificador
El prelado destacó especialmente la figura de Pedro Ortiz de Zárate, “un hombre que era párroco de Jujuy, de Humahuaca, con una vinculación muy grande con los pueblos originarios, que vino acompañado de los pueblos aborígenes con un espíritu totalmente pacificador”.
“Fueron mártires justamente por no defenderse, no estaban acompañados por presencia militar, estos hombres se internaron con un espíritu totalmente misionero y totalmente pacificador. Es una de las notas que resalta también el modo de la presencia misionera”, puntualizó.
También observó la dimensión comunitaria, sinodal, el “caminar juntos”, de los sacerdotes Ortiz de Zárate y Solinas, junto con los otros 18 laicos que también murieron: “Son mártires, pero por no tener la constancia de que habían sido bautizados, no se conocen los nombres y no pudieron entrar al proceso”, explicó. Sin embargo, hizo hincapié en que la experiencia de los Mártires del Zenta fue “misionera, pacificadora y comunitaria: criollos, españoles, mulatos, aborígenes, conforman la expresión de una iglesia sinodal, de caminar juntos”, aseguró.
Gracia para la Iglesia en Argentina
Por su parte, de acuerdo a AICA, monseñor Santiago Olivera, obispo castrense y delegado episcopal para las Causas de los Santos, consideró que “el camino hacia la beatificación de los mártires argentino e italiano, conocidos como mártires del Zenta, es sin lugar a dudas una nueva gracia para la Iglesia en la Argentina”.
“Antes de ser patria, hombres y mujeres, también laicos, derramaban su sangre por la fe, por la fraternidad, por el encuentro, por la fe”, recordó, deseando “que este sea el compromiso de todos los que recibimos con alegría este martirio: ser capaces de entregar aún la propia vida por las convicciones, por la creencia, por la fe, por el amor a Jesucristo, por el amor a la Iglesia”.
“Para nosotros es motivo de alegría, tenemos que conocer más estas figuras, pero damos gracias a Dios por tantos hombres y mujeres que en nuestra Patria, y antes de ser nación, rubricaron con su vida la fe que profesaban con los labios. Damos gracias a Dios por estos hombres que a lo largo y a lo ancho del país, nos van mostrando que la santidad es posible, que debemos transitarla todos, y son gracias para que nosotros también nos pongamos siempre en camino”, concluyó.