Los obispos de la Presidencia de la Conferencia Episcopal de Argentina (CEA) han expresado mediante un comunicado que “en un dialogo abierto y eficaz” es posible adoptar las medidas que garanticen las celebraciones religiosas, “asumiendo los ciudadanos y las autoridades religiosas, el pleno cumplimiento” de la normativa sanitaria vigente.
El documento, hecho público ayer, martes 1 de junio de 2021, expresa la sensación popular de que “la pandemia se hace larga”, y manifiesta que la esperanza está en “la dimensión trascendente y religiosa de la vida”. Así, prosigue, “lo expresa y tiene necesidad de hacerlo nuestro pueblo. Ella constituye el horizonte de muchos argentinos y los llena de fortaleza, consuelo y esperanza”.
“Aún para muchos que habitualmente no participaban de celebraciones y encuentros religiosos, la enfermedad y la muerte cercana de algún ser querido, así como la angustia y la desesperanza, se revelan como momentos difíciles que la fe ayuda a afrontar con mayor fortaleza. Entonces, la mejor política arraigada en el pueblo, es también la que reconoce la importancia de la espiritualidad en la vida de los pueblos”, se lee en el texto.
La fe ante la adversidad
Los prelados argentinos constatan que el pueblo “ante esta terrible incertidumbre, necesita vivir la dimensión comunitaria de la fe en estos momentos significativos de su vida”. De esta manera, continúan, “poder dar cristiana sepultura a los seres queridos, como tener los espacios de oración y celebración de fe, nos fortalece en medio de la crisis en estos tiempos de soledad y aislamiento, de duelo y angustia por lo incierto del futuro”.
“Por eso necesitamos rezar, acudir a algunos de los santuarios donde alguna vez hemos experimentado con fuerza la ayuda de Dios o pedir la contención espiritual del ministro religioso. En estos casos, contemplamos con gratitud cómo la vocación sacerdotal y religiosa, no presentan reparos a la hora de estar con el que sufre”, sostienen.