El presente capítulo 4 podría llevar por título La Batalla Cultural, La Amistad Social o La Caridad Civil. La fe no es solo una relación personal con Cristo, sino que también conlleva una cosmovisión y una moral. A medida que estas dos dimensiones de la fe maduran y se viven, dan lugar a una cultura de inspiración cristiana, caracterizada por principios de comportamiento, obras artísticas, costumbres y tradiciones. Cuando esta cultura moldea la organización social, económica y militar de una comunidad, surge una civilización de inspiración cristiana.
En España, por ejemplo, el calendario civil se adaptó al litúrgico, la regulación del matrimonio fue religiosa, y actos estatales, militares y escolares solían incluir ritos religiosos. La vida se consideraba indisponible desde la concepción hasta la muerte natural, y muchas obras sociales, educativas y sanitarias eran promovidas por instituciones religiosas. Este orden medieval occidental se conoce como la Cristiandad.
San Juan Pablo II afirmaba que una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, no enteramente pensada y no fielmente vivida. Sin embargo, el agostamiento de la fe, impulsado por las olas de secularización, ha provocado su progresiva erosión. Este proceso se puede dividir en tres etapas:
- Increencia popular: Abandono de los sacramentos, transformación de fiestas religiosas en celebraciones consumistas y aumento de rupturas matrimoniales.
- Ingeniería social del laicismo militante: Organismos internacionales y estatales han impulsado la deconstrucción del orden social cristiano, promoviendo el divorcio, el aborto, el matrimonio homosexual y la eutanasia.
- Cultura de la cancelación: Los derechos subjetivos se han elevado a derechos legales, impidiendo la expresión de opiniones contrarias por considerarlas intolerantes.
Este carácter inducido y totalitario del secularismo ha generado entre los cristianos el debate sobre la pertinencia de librar la batalla cultural. La respuesta es afirmativa, ya que fe y cultura están intrínsecamente relacionadas como causa y efecto. Sin embargo, es crucial definir los caracteres distintivos de esta batalla: amistad social y caridad civil.
Amistad Social y Caridad Civil
La caridad, entendida como el amor universal de Jesucristo, distingue al cristiano. Este amor no surge por simpatía o afinidad, sino por un doble amor a la verdad y al prójimo. El cristiano no combate personas, sino la ignorancia y el error. Quienes piensan distinto, sean ateos, agnósticos o de otras religiones, no son enemigos. El cristiano odia el pecado, pero ama al pecador.
Esta caridad civil busca el bien común en un momento y lugar determinados. La fe que se hace cultura se propone, no se impone. El cristiano contribuye al proceso democrático con la fuerza de la verdad, empleando la racionalidad argumentativa reconocida en el foro público. Como escribió Benedicto XVI, la libertad exige que cada generación tenga un nuevo inicio en la búsqueda de rectos ordenamientos para las realidades humanas.
Diálogo y Confrontación Dialógica
En lugar del enfrentamiento dialéctico, la caridad civil propone el diálogo. Este requiere escuchar y entender las razones del otro, esforzarse por hacerse entender y alcanzar acuerdos para el bien común. El diálogo no concluye con un vencedor y un vencido, sino con dos vencidos por la verdad.
El Papa Francisco destaca que el cristianismo no tiene un único modo cultural. Permaneciendo fiel al Evangelio, lleva consigo el rostro de las culturas y pueblos en los que ha sido acogido. Esta pluriformidad refleja la genuina catolicidad de la Iglesia.
Cada cristiano está llamado a ejercitar esta amistad social y caridad civil según sus circunstancias. El clérigo predica, mientras que el laico incultura su fe en la política, la familia, los amigos o su ámbito profesional. La evangelización no es solo una tarea, sino una forma de ser. En el próximo capítulo, exploraremos las cualidades personales que hacen que la evangelización pase del hacer al ser.
La presente mini-serie consta de cinco capítulos:
- Historia: la larga marcha hacia la laicidad
- Laicismo: las 3 olas del último siglo
- Relativismo es religión
- La batalla cultural
- El individuo y el todo