Hoy, viernes 29 de abril de 2022, tuvo lugar, en la Sala de Prensa de la Santa Sede la presentación de la XXII Asamblea Plenaria de la Unión Internacional de Superiores Generales (UISG), que se llevará a cabo en forma presencial y en línea, del 2 al 6 de mayo de 2022 y que tendrá como tema «Abrazar la Vulnerabilidad en el Camino Sinodal”.
Ponentes: Hna. Jolanta Kafka, Presidenta de la UISG); Hna. Patricia Murray, Secretaria Ejecutiva de la UISG; Hna. Mary Kudiyiruppil, Secretaria Ejecutiva Adjunta de la UISG, y Hna. Franca Zonta, Superiora General de las Hermanas Marianistas.
Compartimos la intervención de la Hna. Jolanta Kafka:
Estamos muy agradecidas por la posibilidad que nos ofrece la Sala Stampa acogiendo la UISG y la presentación de la asamblea. Cada tres años la Plenaria de la UISG reune a las superioras generales de todo el mundo, suele ser un punto de llegada… de encuentro para compartir lo vivido y lo que la última asamblea ha trazado como caminos de inspiración, de profundización y proyección. Y suele convertirse en punto de partida para nuevas búsquedas y creatividad…
La Asamblea conjunta (USG y UISG) online (Mayo 2021), y seguidamente la asamblea de las Delegadas de las constelaciones de todo el mundo han influido en la opción del tema. En aquellos diálogos se ha compartido y profundizado en la vivencia de los últimos dos años marcados por la covid y las interpelaciones que nos hacen sus consecuencias. Este intercambio se dio en el marco esperanzador de la inminente preparación al nuevo Sínodo. A partir de todas estas conversaciones ha ido emergiendo el tema de nuestra asamblea: Abrazando la vulnerabilidad en camino sinodal. Los temas de este año son esencialmente dos: la vulnerabilidad y la sinodalidad. Queremos abrazar la vulnerabilidad y unirnos al camino sinodal con la Iglesia.
Partimos de la fragilidad humana que la covid ha puesto en evidencia aún más. También nuestra vulnerabilidad, la de la vida religiosa. No cabe duda de que estamos atravesando un tiempo frágil, de dificultad y crisis. Sentimos la necesidad de una nueva lectura de lo esencial de la vida religiosa y de los consejos evangélicos. necesitamos releernos a nosotras mismas en el ejercicio de liderazgo, en la misión de autoridad como servicio, desde el espíritu evangélico, sinodal.
A partir de ahí, abrazar la fragilidad que nos rodea, como una realidad en la que Dios nos llama. es una paradoja que cuando acogemos la fragilidad nos fortalecemos para apoyarnos unos a otros. Son los dos enfoques – desde dentro de la vida religiosa y a la humanidad sufriente.
No hay carisma, ni hay familia religiosa que no haya nacido para responder al grito de Dios en los más necesitados y frágiles. Pero el modo en que nos ponemos ante el frágil es también importante. Jesús se hace uno de los demás y nos enseña que la mejor manera de transformar es poniéndonos con los otros. Muchas veces nos hemos situado no solo al lado de los necesitados, sino desde una posición de poder. La novedad es reconocer con más conciencia que también nosotros necesitamos compasión, misericordia, conversión, ser conscientes de nuestras heridas, de nuestros pecados.
Se trata de reconocer la humanidad no en su ‘Yo soy Dios’, como dijo algún pensador (?), sino en su condición de criatura. Se trata de disponernos a reconstruir la humanidad desde lo que somos de verdad, que somos criaturas vulnerables, y desde allí abrazar el proyecto de Dios sobre ella. La condición de vulnerabilidad nos pone en relación. No lo tengo todo, necesito del otro. Manifestándonos necesitadas de los demás, es algo a redescubrir en el seno de la vida religiosa. Podemos aprender a pedir la gracia de contar más con los demás, de recibir la sabiduría, de esperar que nos venga de la diversidad de carismas y vocaciones.
“Camino SINODAL” como modo y horizonte de la Iglesia: una visión, una pedagogía y economía…acogemos la llamada a caminar juntas, compartiendo y escuchando profundamente desde nuestra fe, nuestro camino de vida, nuestras esperanzas y nuestros sueños.
Con toda la vida religiosa estamos aquí, en el camino Sinodal, Necesitamos discernir, por tanto necesitamos la comunidad para servir mejor a la misión de la Iglesia de anunciar el Evangelio, cuidando y sanando, renovando el servicio del anuncio del Evangelio que abraza a todos, también a los que se sienten alejados o excluidos. Cristo está en el centro, como camino, verdad y vida.
Iniciamos este recorrido con gozo y esperanza de fortalecer nuestra identidad y lanzarnos con confianza en comunión eclesial. Ciertas de la presencia del Espíritu que siempre obra.
Puede ver el video completo de las intervenciones aquí: