En un escrito remitido por el Defensor del Pueblo de España, Ángel Gabilondo a una diputada de la Asamblea del grupo parlamentario Más Madrid, señala que en los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid los datos señalan “que en la red sanitaria pública madrileña no se realizan IVE (interrupción Voluntaria del Embarazo), ni siquiera por causas médicas, siendo todas derivadas a centros acreditados”.
La comunicación conseguida y publicada por el diario español El País, indica el caso de una señora que en un hospital público no pudo interrumpir allí el embarazo porque los médicos se negaban a intervenirla por ser objetores de conciencia. Gabilondo, ex ministro de Educación del gobierno del presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero añade que el 100% de las interrupciones del embarazo en 2020 se suelen delegar a centros privados.
Interrogado sobre este tema Dr. J.Mª. Simón Castellví, presidente emérito de la Federación Internacional de Médicos Católicos señala que “la objeción de conciencia existe y se ejerce”. Precisa que el aborto como la eutanasia es “un acto totalmente contrario a la Medicina” por esto “repugna a muchos profesionales y les empuja a objetar. Además, la práctica continuada de estos actos embrutece mucho a la persona, por lo que muchos deciden no hacerlos”. Y precisa que esto sucede “incluso aunque no estén totalmente en contra”.
El médico español no niega su preocupación por “la dificultad de objetar que tienen las personas vulnerables”, en particular cita a los “auxiliares de enfermería o de anestesia, residentes”. Ellos dependen de su trabajo y pueden perderlo si ejercen su derecho a la objeción de conciencia “a diferencia de un gran médico que se puede negar perfectamente a realizar un acto de aborto y, si le despidieran del trabajo, encontraría fácilmente otro o se pondría por su cuenta”.
Castellví no tiene dudas y reivindica que oponerse al aborto “es más bien un gran sí a la vida” y considera que es suficiente dar “una mirada al hecho de desmembrar un feto, con su cabeza, su tronco, sus manos….”, como sucede durante una interrupción voluntaria del embarazo.
El presidente emérito de la FIAMC contesta el hecho de que el aborto “sea considerado un progreso en occidente, cuando en realidad -asegura- es una de las cosas más regresivas del mundo”. Entretanto entiende que hay muchos problemas dolorosos que pueden llevar a una madre a tomar esta decisión, por ello considera que deben existir las estructuras que puedan ayudarla a decidir a favor de la vida, sin olvidar que “es bueno ayudarse con la oración y los sacramentos, para obtener luz y fuerza”.
Interrogado sobre la mayor toma de conciencia en diversos países sobre el tema, en particular en Norte América, el médico español aseguró que “tiene que ver con la Cultura de la Vida que se ha ido forjando en los Estados Unidos”.
Precisó entretanto que “la Constitución estadounidense no habla del aborto y a los padres fundadores que la redactaron ni se les pasaba por la cabeza que eliminar a un hijo en el vientre materno pudiese ser un derecho”. Consideró que con el fallo emitido que pasa la decisión a los Estados “los jueces de la Corte Suprema han sido honrados”. El médico manifestó también su esperanza de “que algún día no se practiquen más abortos, digan lo que digan las leyes estatales”.
La defensa de la vida, desde la concepción hasta su fin natural, está entre los objetivos de la FIAMC que va a tener en septiembre su congreso internacional en Roma. “Allí se va para formarse, rezar, hacer amigos, ver a los compañeros, conocer lo que se hace en otros países en favor de la profesión. El programa está en www.fiamc.org. Siempre se vuelve a casa renovado después de un evento así. Y más si es en la Roma Eterna…”, concluye.