A todos los que encontréis, llamadlos a la boda: Comentario P. Jorge Miró

Domingo 15 de octubre de 2023

Cathopic

El P. Jorge Miró comparte con los lectores de Exaudi su comentario sobre el Evangelio de hoy 15 de octubre de 2023, titulado “A todos los que encontréis, llamadlos a la boda”.

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La clave para comprender y acoger la Palabra que el Señor nos regala hoy nos la ha dado el versículo del Aleluya: El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón, para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama (cf. Ef 1, 17-18).

Y esto, la Palabra de hoy nos lo muestra son la imagen de un banquete al que el Señor nos invita. Dios te ama, te ha creado por amor y te invita a vivir la vida como una historia de amor que el Señor está haciendo contigo.

La primera lectura, del profeta Isaías, es una profecía de lo que el Señor quiere hacer contigo: Un festín de manjares suculentos… enjugará las lágrimas de todos los rostros…  Esta es la promesa que el Señor te regala. Si hoy le abres el corazón al Señor, verás esta Palabra cumplida en tu vida. De una manera plena, en el cielo, la meta hacia la que caminamos. En este mundo, siempre como una primicia y un anticipo., siempre en el combate de la fe. ¡No tengas miedo al combate! En medio del combate, ¡invoca al Señor!


El Evangelio también nos habla del banquete al que el Señor nos invita. Pero algunos de los invitados, rechazan la invitación, poniendo excusas a la llamada del Señor. Este es el misterio y el drama de la libertad del hombre. También nosotros, a veces, rechazamos la invitación del Señor y nos cerramos a su acción.

Por eso, esta es una Palabra que nos llama también a la conversión. Una Palabra que te invita a no ponerle excusas al Señor, te invita a abrirle la puerta de tu corazón, te invita a que no aplaces tu respuesta a la llamada del Señor.

Si tu acoges esta invitación y le abres el corazón al Señor, Él te dará este vestido de fiesta que le falta a uno de los comensales. Este vestido ya te lo ha regalado el Señor: lo recibiste el día de tu bautismo.  En él se te impuso una vestidura blanca y recibiste el Espíritu Santo. Y toda la vida consiste en dejar crecer la acción del Espíritu Santo en ti, dejar que Él reproduzca en ti la imagen de Jesucristo.

¿En qué se nota si llevamos el vestido? En que podemos vivir lo que hemos proclamado en el Salmo y en la segunda lectura. Podrás decir: El Señor es mi pastor, nada me falta. Aunque te falten algunas cosas, si vives con el Señor, abierto a la acción del Espíritu, podrás decir: Tu bondad y tu misericordia me acompañan… Sé vivir en pobreza y abundancia. Todo lo puedo en aquel que me conforta.

¡Ven Espíritu Santo! (cf. Lc 11, 13).