Jesús se aparece a sus discípulos después de la Resurrección. En esta Ocasión, nos da una lección de fe a través de Santo Tomás Apóstol. Jesús resucitado va a derribar el escepticismo, las dudas y la incredulidad de Tomás. El no creyó a los discípulos cuando le contaron que habían visto a Jesús, sino que afirmó: “si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no meto mis dedos en la herida de su costado, no creeré” (Jn 20, 25)¨Así pues, Jesús se presenta a sus discípulos después de resucitar, le dijo a Tomas: ¨Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente¨. Contestó Tomás: ¨¡Señor mío y Dios mío!¨, después Jesús añadió: ¨¿Has creído porque me has visto? Bienaventurados los que no han visto y sin embargo creen¨. Y es que el poder de la resurrección nos llena de esperanza, transforma nuestro corazón y perdona nuestro pecado. Sin resurrección no hay salvación, El venció a la muerte una vez y para siempre. Así cumplió la profecía y nos abrió las puertas del cielo, con el y gracias a el ¡nosotros también hemos vencido!
Episodio 1: Relación, Todos somos Tomás
Episodio 2: Ocho Casos