“La fe predicada, debe hacerse oración. Siempre”. Lo subraya el Papa Francisco a los miembros de la “Junta Constructora” de la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, a quienes recibió en la mañana del 17 de febrero en el Vaticano.
A los presentes, Francisco expresa la alegría de recibirlos junto a sus familias, en este año que ha querido dedicar a la oración, en preparación del Jubileo del 2025.
Las puertas de la fe y de la caridad
Describiendo la estructura de la Basílica, evidencia cómo en cada pórtico hay un tema, ilustrado por pasajes de la Escritura y enmarcado por una oración.
Así la primera puerta, la de la fe, detrás de la imagen de Jesús predicando a los doctores, nos muestra el santo Trisagio. La fe predicada, debe hacerse oración. Siempre.
La puerta central, la de la caridad, cuya figura principal es precisamente la Sagrada Familia, “nos invita a alzar nuestra mirada hacia el misterio de la Encarnación y desde él a desgranar las cuentas del rosario que desciende por las vidrieras, enmarcando la estrella de Belén, casi como diciendo: ‘aquí está nuestra luz’”, señala el Papa.
Y es precisamente en la adoración, en la oración contemplativa de los misterios, donde nos abrimos a esa luz, como el ventanal de vuestro templo.
Entrar en los templos con actitud orante
Finalmente, en este año de preparación al Jubileo del 2025, Francisco invita a acoger en la Basílica a los peregrinos que se acercan, “para introducirlos con una actitud orante a contemplar el proyecto iconográfico del siervo de Dios Antonio Gaudí en su integridad, de forma que, como los pináculos y los campanarios, sus miradas se eleven y sus voces proclamen con los ángeles: Santo nuestro Dios inmortal”.