Nueve jóvenes celebraron la ceremonia de vestición para dar inicio a la etapa del noviciado de las Hermanas de María de Schoenstatt en la Iglesia de la Santísima Trinidad en Monte Schoenstatt, Alemania. María Elina (Argentina), Catalina (Argentina), Belén (Paraguay), Estrella (Paraguay), Goshia (Polonia), Christy (India), Margreate (India), Andrea (México) y Verónica (España), llegaron a la ceremonia contentas y emocionadas por dar un paso significativo en su camino de consagración.
Las Hermanas de María de Schoenstatt son una comunidad que busca hacer presente a la Virgen María como instrumento de la gracia de Dios en y desde el corazón de la Iglesia, y así mantener el mundo abierto para Dios. Con una misión especial, sobre todo con la educación de las mujeres y las familias, quieren transmitir el amor fecundo de María inspiradas en su actitud de pureza y de servicio.
Latinoamérica presente en la ceremonia
Nueve jóvenes oriundas de Latinoamérica, Europa y la India participaron de la celebración de vestición en Schoenstatt. Cuatro de ellas provienen de la Provincia de Nazaret que, para la comunidad de las Hermanas de María de Schoenstatt, abarca la Argentina, Paraguay y Uruguay.
Belén (28, Paraguay), Estrella (24, Paraguay), María Elina (25, Argentina) y Catalina (25, Argentina) recibieron el vestido de las Hermanas de María, que las identifica como comunidad y su nuevo nombre de Hermanas, un hito que marca un antes y un después en su camino vocacional y su llamado a ser presencia viva de María que transforma el mundo. Así lo experimentaba Estrella sin siquiera darse cuenta, pero dejando huella en las personas que la rodeaban. Su amiga Cecilia comentó: “Estrellita fue mi primera encargada, desde que la conocí, siendo yo una nena chiquita, podía sentir y ver la gran mujer vestida de sol que ella es. Estrellita para mí es lo que representa en su totalidad el concepto de ser una pequeña María, cuando yo apenas era una nena y no sabía nada sobre la Mater, ella fue una fuente de tanto aprendizaje, pero sobre todo de inspiración en mi vida y en mi espiritualidad, no sólo porque era mi encargada, sino por lo que transmitía con sólo estar en su presencia”.
La comunidad es un aspecto central de la espiritualidad schoenstattiana, por eso, esta etapa del noviciado, comienza cuando hay un número suficiente de candidatas que compartirán un tiempo de introducción y preparación para ser y llevar la vida de una Hermana de María.
Pero, ¿qué significa vivir en comunidad?. “El espíritu familiar marca fuertemente la impronta de la comunidad. En la experiencia espiritual, el acento en lo mariano y lo patrocéntrico, junto con el santuario como hogar, nos hablan de elementos constitutivos de una familia de la que somos hijas. Además, la comunidad nos permite darnos, pero también, para sostener una vida comunitaria armónica, hay que aprender a ceder algunas veces, a estar atento a lo que el otro necesita más que a la propia necesidad”, explicó la Hermana M. Ilda que vive en una Filial de la comunidad en la Argentina.
El llamado del Papa Francisco
La XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) fue un momento clave de la etapa de postulantado para las nueve jóvenes. La ceremonia de vestición es una respuesta al llamado del Papa Francisco quien incentivó a miles de jóvenes a que “No tengan miedo”, tampoco para seguir el ejemplo de María y acudir sin demora al llamado personal que Dios le hace a cada una de ellas.
María Elina es oriunda de la provincia de Salta, Argentina, y se mudó a Buenos Aires para estudiar en la universidad. Tenía un gran anhelo de cumplir la voluntad de Dios, y surgió en ella la inquietud vocacional junto a muchas preguntas para buscar respuestas. Con sólo 25 años, al escuchar el mensaje del Papa en la JMJ 2023 reafirmó, como había descubierto años atrás al ingresar como candidata a las Hermanas de María de Schoenstatt, esa urgencia por adherir a los planes de Dios. Sofía, una de sus amigas con la que compartió el encuentro de los jóvenes con el Papa, aseguró: “Las postulantes se divertían con nosotras, compartían charlas, mates y nos contaban de sus nuevas experiencias en Alemania. Compartir todos esos días juntas nos permitió ver de cerquita cómo la estaban pasando, los desafíos y alegrías de su formación. Pero, sobre todo, nos permitió «contagiarnos» de su espíritu de niñas ante Dios Padre”.
Una nueva vida junto a la Virgen María
En la vestición, no sólo recibieron su vestido y su nombre, sino que también iniciaron un camino de vida y de entrega. Un llamado que las movilizó a buscar una autenticidad más profunda, una libertad más plena, una alegría inconmensurable, una paz infinita, un Sí tan corto y tan inmenso a la vez, como lo hizo la Virgen María.
Belén nació en Paraguay y es fonoaudióloga. Ella tenía una pregunta en lo profundo del corazón. Ese llamado se hacía presente en su vida y esperaba su respuesta: “Yo sentí Paz cuando por fin pude pronunciar esa palabra monosílaba, tan simple y corta, pero tan importante: Sí”, dijo con convicción.
Su preparación para el noviciado inició en 2021, en los últimos años las chicas entraron en contacto con la vida de las Hermanas de María, aprendieron el idioma alemán y profundizaron sobre el carisma, un período importante para reconocer el milagro de la vocación para cada una de ellas, para la Iglesia y para todo el mundo.
Catalina, de 25 años, se recibió de Terapista Ocupacional en 2021 y ese mismo año comenzó su camino como candidata a Hermana de María de Schoenstatt. Su mamá se emocionó al recordar los primeros pasos del discernimiento: “Cata nos lo comunicó porque necesitaba, como parte de su discernimiento, que la lleváramos a conocer distintas comunidades. Un día, conversando yo le sugería una y otra comunidad religiosa. Me paró y me dijo: “Ma, yo sé que lo hacés para ayudarme, pero esto no se trata de elegir dónde quiero estar yo, sino de descubrir dónde Jesús me quiere”, y aseguró: “Creemos que es un regalo que Dios haya elegido a nuestra chiquita para que sea suya, un verdadero honor”.
El llamado de Dios a estas jóvenes es un regalo para la Iglesia y el mundo, un verdadero testimonio del rostro joven de la Iglesia que, con coraje, reconoce el valor de entregar la vida por Cristo. Una decisión a la que Belén, Estrella, María Elina y Catalina junto a sus pares de México, Polonia, España y la India se animaron a aventurarse, con la alegría de quienes han descubierto un tesoro que no quieren dejar ir.
Acerca de Hermanas de María de Schoenstatt
Las Hermanas de María de Schoenstatt son un Instituto Secular Femenino que forma parte de la Iglesia Católica. Fue fundado por el Padre José Kentenich en 1926. La comunidad tiene presencia en los 5 continentes con más de 1600 Hermanas. Ellas están llamadas a ser una presencia viva de María en la Iglesia y en el mundo. Su fin especial es la educación de la mujer y de la familia. Esta misión la realizan como alma del Movimiento de Schoenstatt que aspira a la renovación religiosa y moral del mundo, por eso su misión es apostólica. La comunidad se caracteriza por un espíritu mariano, de amor generoso, apostólico, comunitario, inspirado por las enseñanzas de su fundador, el Padre Kentenich, y con el Santuario como fuente de vida espiritual.