Brígidas

Familias de órdenes monásticas dedicadas a la vida contemplativa

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Según la tradición, en 1346 Santa Brígida recibió la inspiración de fundar una nueva Orden religiosa.

Durante ese año le fue revelada la Santa Regla (Regula Salvatoris) que debía regir la vida en el monasterio y que tenía la particularidad de ser mixto: Santa Brígida fue la primera fundadora de una orden monástica mixta, esto es, formada por hombres y mujeres que habitaban en un mismo monasterio con sus clausuras respectivas.

El primero de estos “monasterios dobles” fue Vadstena que es la Casa Madre y Protomonasterio de la Orden del Santísimo Salvador.

El lugar destinado para la fundación fue un castillo real donado para tal efecto por el rey de Suecia Magnus Eriksson II.

En 1367, Santa Brígida (que reside en Roma desde el otoño de 1349) obtiene la aprobación de Urbano V para la fundación del monasterio.

En 1370 el mismo Papa con la Bula Hiis quae divini hace saber a tres obispos suecos que concede el permiso para la fundación en Vadstena de dos monasterios independientes de monjas y frailes bajo la Regla de San Agustín, complementada con el texto de la Regula Salvatoris.

A raíz de la bendición pontificia, entre 1369 y 1374 comenzaron las obras para la construcción del monasterio en Vadstena pero santa Brígida fallece en Roma el 23 de julio de 1373 sin llegar a poder ver la fundación del monasterio ni poder ingresar en la nueva Orden.

Es entonces cuando su hija Santa Catalina de Suecia toma las riendas del proyecto. Regresa a Suecia con los restos mortales de su madre en el invierno de 1374-1375, y cuando llega a Vadstena se encuentra unos cuantos novicios que tienen por superior un agustino y consigue reunir unas cuantas mujeres interesadas en el proyecto y en 1375 es elegida abadesa.

En 1377 Gregorio XI permite las primeras profesiones de monjas y monjes. Urbano VI con la Bula Hiis quae pro divini (3 de diciembre de 1378) confirma para la Abadía de Vadstena la profesión de la Regla de San Agustín complementada con un texto reelaborado de la Regula Salvatoris.

La orden del Santísimo Salvador en España: La recolección Brigidina

Santa Brígida y su esposo Ulf peregrinaron a pie a Santiago de Compostela en un viaje que duró dos años entre 1341 y 1343, pero no fue hasta el siglo XVI cuando se fundó el primer monasterio de la Orden del Santísimo Salvador probablemente porque se veía imposible la fundación de un “monasterio doble” en el contexto espiritual y religioso español de la época.


Fue la Venerable Marina de Escobar (1554-1633) quien recibió en su lecho de enferma crónica la inspiración de instaurar la Orden del Santísimo Salvador en España. Obtuvo la licencia para ello y consiguió de Urbano VIII la confirmación de las Constituciones en 1628. Sin embargo, falleció en 1633 sin ver iniciado el proyecto.

Fue entonces cuando la Sierva de Dios Madre Mariana de San José (1568-1638), fundadora de las Agustinas Recoletas, amiga íntima y pariente de la Venerable Marina, se sintió en la obligación de llevar a cabo la empresa inconclusa. Así, con cuatro monjas Agustinas Recoletas, lideradas por la Madre Inés de la Asunción, se fundó el primer monasterio de la Orden del Santísimo Salvador en Valladolid en 1637.

La Venerable Marina de Escobar sometió a modificación algunos capítulos de la Regula Salvatoris de Santa Brígida para adaptar la fundación al contexto español; enfatizó la vida de oración, recogimiento, penitencia y austeridad en el espíritu del movimiento de Recolección, llamándose Orden de Monjas Recoletas del Santísimo Salvador o Brígidas Recoletas.

Esta nueva rama recoleta se instituyó exclusivamente para mujeres, por lo que no siguió la tradición de la Orden desde sus orígenes de erigir monasterios dobles.

La Recolección Brigidina fundó 5 monasterios en España: Valladolid (1637), Vitoria (1653 – cerrado en 2007), Lasarte (1671), Paredes de Nava (1671) y Azkoitia (1691). El monasterio de Valladolid fundó en la Ciudad de México (1743), y en este país se llegaron a fundar otros tres monasterios: Puebla de los Ángeles (1907), Tecate (1975) y Tijuana (1988). Desde México también se fundó monasterio en Venezuela, en Puerto Ordaz (1999), y en Colombia, en Caldas (2017).

Estilo de vida

Las monjas Brígidas constituyen el auténtico y verdadero corazón de la Orden del Santísimo Salvador, pues ellas siguen perpetuando y encarnando el carisma y el espíritu que el Señor suscitó en Santa Brígida: la vida estrictamente contemplativa en el claustro.

Las monjas Brígidas ofrecen sus vidas al Salvador en verdadera humildad, pura castidad y pobreza voluntaria. La meditación de la Pasión de Jesús y la devoción filial e imitación de la Santísima Virgen María constituyen los pilares en los que se asienta la vida de la monja Brígida. Las alabanzas al Salvador (Oficio Divino solemne) y a la Madre de Dios son la principal tarea a la que entregan sus vidas en el recogimiento claustral. Mas cuando no están ocupadas en los oficios sacros o en el estudio o la lectura espiritual, deben trabajar con sus manos para sustentarse y cubrir los gastos de la comunidad.

El silencio debe reinar en el monasterio, reservándose dos tiempos de alegre recreación después de la comida y después de la cena. Los ayunos, mortificaciones y penitencias según mande la Santa Madre Iglesia, con todo, deben ser efectuados con sabiduría, prudencia y moderación, de manera que el cuerpo esté dispuesto siempre para atender a los oficios corporales con fervor y puedan vivir entre los trabajos del monasterio con sana alegría. Con permiso de la Madre Abadesa cada monja tiene lo necesario para su uso personal, con sencillez de espíritu, mortificación y austeridad.

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