Publicamos a continuación el Mensaje del Santo Padre Francisco al Cardenal Peter K.A. Turkson, Canciller de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, con ocasión de la Conferencia sobre la Pacem in Terris organizada por la misma Academia (19-20 de septiembre de 2023):
***
Mensaje del Santo Padre
A Su Eminencia el Cardenal Peter K.A. Turkson
Canciller de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales
Le envío un cordial saludo a usted y a todos los participantes en la Conferencia Internacional organizada por la Academia de Ciencias Sociales y el Instituto de Investigación para la Paz en Oslo para conmemorar el 60 aniversario de la publicación de Pacem in Terris, la histórica encíclica del Papa Juan XXIII. La conferencia es tanto más oportuna cuanto que nuestro mundo sigue sumido en una tercera guerra mundial librada poco a poco y, en el trágico caso del conflicto de Ucrania, no sin la amenaza de las armas nucleares.
De hecho, el momento actual guarda un inquietante parecido con el periodo inmediatamente anterior a Pacem in Terris, cuando en octubre de 1962 la crisis de los misiles de Cuba puso al mundo al borde de la destrucción nuclear generalizada. Lamentablemente, en los años transcurridos desde aquella amenaza apocalíptica, no sólo han aumentado el número y la potencia de las armas nucleares, sino también otras tecnologías armamentísticas, e incluso está en peligro el antiguo consenso sobre la prohibición de las armas químicas y biológicas. Hoy más que nunca, la profética advertencia del Papa Juan de que, a la luz de la aterradora fuerza destructiva de las armas modernas, es aún más evidente que «las relaciones entre los Estados, como entre los individuos, no deben regularse por la fuerza armada, sino según los principios de la recta razón: los principios, es decir, de la verdad, la justicia y la cooperación vigorosa y sincera».
A este respecto, es muy apropiado que esta Conferencia dedique sus deliberaciones a las partes de la Pacem in Terris que tratan del desarme y de las vías hacia una paz duradera. Espero que vuestras deliberaciones, además de analizar las actuales amenazas militares y tecnológicas a la paz, incluyan una disciplinada reflexión ética sobre los graves riesgos asociados a la posesión continuada de armas nucleares, la urgente necesidad de un renovado progreso en el desarme y el desarrollo de iniciativas de construcción de la paz. En otro lugar he manifestado mi convicción de que «el uso de la energía atómica con fines bélicos es inmoral, como inmoral es la posesión de armas nucleares» (Discurso en el Memorial de la Paz de Hiroshima, 24 de noviembre de 2019).
Es responsabilidad de todos nosotros mantener viva la visión de que ‘un mundo libre de armas nucleares es posible y necesario’ (Discurso ante el Cuerpo Diplomático, 10 de enero de 2022). En este sentido, la labor de las Naciones Unidas y de las organizaciones afines para concienciar a la opinión pública y promover medidas reguladoras adecuadas sigue siendo crucial.
Del mismo modo, la preocupación por las implicaciones morales de la guerra nuclear no debe eclipsar las cuestiones éticas cada vez más acuciantes que plantea el uso en la guerra contemporánea de las llamadas «armas convencionales», que sólo deben emplearse con fines defensivos y no deben dirigirse contra objetivos civiles. Espero que una reflexión profunda sobre esta cuestión conduzca a un consenso para que tales armas, con su inmenso poder destructivo, no se empleen de forma que causen «daños o sufrimientos innecesarios», por utilizar las palabras de la Declaración de San Petersburgo. Los principios humanitarios que inspiraron estas palabras, basados en la tradición del ius gentium, siguen siendo tan válidos hoy como cuando se escribieron por primera vez, hace más de ciento cincuenta años.
Consciente de la importancia de los temas debatidos en la Conferencia, expreso mi reconocimiento a los oradores y participantes. Reitero con gusto el deseo orante expresado por el Papa Juan al concluir su Encíclica, de que «por el poder y la inspiración de Dios, todos los pueblos se abracen como hermanos y hermanas, y que la paz que anhelan florezca y reine siempre entre ellos». A todos envío mi bendición.
Vaticano, 12 de septiembre de 2023
FRANCISCO
[Texto original: inglés].