Este domingo, 13 de agosto de 2023, el Santo Padre después de rezar la oración del Ángelus elevó sus oraciones por la peregrinación de paz que se realizará en Bafoussam (Camerún), por la paz en Ucrania y por las víctimas de los incendios que han devastado la isla de Maui, en Hawái.
Estas fueron las palabras del Papa después de la oración mariana, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
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Palabras del Papa
Queridos hermanos y hermanas,
Otro trágico naufragio ocurrió hace unos días en el Mar Mediterráneo: cuarenta y una personas perdieron la vida. He rezado por ellos. Y con dolor y vergüenza tenemos que decir que desde comienzos de año ya son casi dos mil los hombres, mujeres y niños que han muerto en este mar tratando de llegar a Europa. Es una herida abierta de nuestra humanidad. Aliento los esfuerzos políticos y diplomáticos que tratan de curarla con espíritu de solidaridad y fraternidad, así como los esfuerzos de todos los que trabajan para evitar los naufragios y rescatar a los emigrantes.
Mañana, víspera de la fiesta de la Asunción de la Virgen María al Cielo, tendrá lugar en Bafoussam (Camerún) una peregrinación para pedir por la paz en el país, todavía asolado por la violencia y la guerra. Unámonos en oración con nuestros hermanos y hermanas de Camerún para que, por intercesión de la Virgen María, Dios sostenga la esperanza del pueblo, que sufre desde hace años, y abra caminos de diálogo para alcanzar la concordia y la paz.
Y recemos también por la atormentada Ucrania, que tanto sufre a causa de esta guerra.
También quiero aseguraros mis oraciones por las víctimas de los incendios que han devastado la isla de Maui, en Hawai.
Extiendo ahora mi saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos de diversos países. Saludo en particular a algunos grupos que participaron en la Jornada de la Juventud en Lisboa… ¡Son muchos! Veo banderas… Polonia, México, Argentina, Italia, El Salvador, ¡tantos! Los sacerdotes y los jóvenes de El Salvador que son tan fuertes; los estudiantes de la Universidad Iberoamericana de Puebla, México; y los jóvenes de Taiwán. ¡Buen viaje!
Y os deseo a todos un buen domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. Disfruten de su almuerzo y ¡adiós!
