Al finalizar la oración mariana del Ángelus de este domingo 30 de julio, el Papa pide “Que se restablezca la iniciativa del Mar Negro y el grano sea transportado con seguridad”.
El Santo Padre añadió, Hoy celebramos dos Días Mundiales convocados por la ONU: el Día de la Amistad y el Día contra la Trata de Seres Humanos. El primero promueve la amistad entre pueblos y culturas; el segundo combate el delito que convierte a las personas en mercancías. La trata es una realidad terrible, que afecta a demasiada gente: niños, mujeres, trabajadores..
Estas fueron las palabras del Papa después de la oración mariana, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
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Palabras del Papa
Queridos hermanos y hermanas
tantas personas explotadas; todos viviendo en condiciones inhumanas y sufriendo la indiferencia y el rechazo de la sociedad. Hay tanta trata en el mundo de hoy. Dios bendiga a los que trabajan para luchar contra la trata.
No dejemos de rezar por la atormentada Ucrania, donde la guerra lo destruye todo, incluso el grano. Esto es una grave ofensa a Dios, pues el grano es su don para alimentar a la humanidad; y el grito de millones de hermanos y hermanas que padecen hambre se eleva al Cielo. Hago un llamamiento a mis hermanos, las autoridades de la Federación Rusa, para que se restablezca la iniciativa del Mar Negro y el grano sea transportado con seguridad.
El próximo 4 de agosto se cumplirán tres años de la devastadora explosión en el puerto de Beirut. Renuevo mis oraciones por las víctimas y sus familias, que buscan verdad y justicia, y espero que la compleja crisis del Líbano pueda encontrar una solución digna de la historia y los valores de ese pueblo. No olvidemos que el Líbano es también un mensaje.
Os pido que me acompañéis con la oración en el Viaje a Portugal, que realizaré a partir del próximo miércoles, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. Tantos jóvenes, de todos los continentes, experimentarán la alegría del encuentro con Dios y con sus hermanos, guiados por la Virgen María, que después de la anunciación «se levantó y se puso en camino apresuradamente» (Lc 1,39). A Ella, estrella luminosa del camino cristiano, tan venerada en Portugal, confío a los peregrinos de la JMJ y a todos los jóvenes del mundo.
Y ahora os saludo a vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de muchos países. Saludo en particular al coro de niños de Veliko Tarnovo, Bulgaria, y al grupo de jóvenes de México; así como a los adolescentes de Biadene y Caonada. Y saludo a los jóvenes de la Inmaculada.
Deseo a todos un buen domingo. Por favor, no olvidéis rezar por mí. Buen almuerzo y ¡adiós!