“Una evangelización a la inversa. La misión de la Academia de Líderes Católicos de Europa es ser cauce de gracia que viene de Latinoamérica y se expande, desde España, por Europa”. Con esta definición del que va a ser su director ejecutivo en Europa, Javier de Cendra, se ‘bautizó’, en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) de Madrid, la Academia de Líderes Católicos, apadrinada y presidida por el cardenal Osoro, arzobispo de Madrid, por su fundador y director general, José Antonio Rosas, y por un centenar de líderes sociales, religiosos y políticos españoles.
En un desayuno de trabajo, el fundador de la Academia, el mexicano-chileno, José Antonio Rosas, tras dar la bienvenida a los presentes, presentó a grandes rasgos su asociación: “Somos un centro de formación internacional, inspirado por el Papa Francisco, que nació en Chile en el año 2006 y se ha extendido por toda Latinoamérica”.
Rosas quiso dejar bien claro, desde el principio, que la Academia “no quiere ser un partido católico” ni “el brazo apostólico de la Iglesia en el ámbito político”, sino una plataforma de formación socio-política, cuya característica distintiva es la pluralidad o la transversalidad de sensibilidades ideológicas, desde la derecha a la izquierda.
Porque, como subrayó Rosas, “queremos ser católicos en política, pero no para poner en marcha o sumarnos a una guerra cultural, sino para ser artesanos de la cultura del encuentro”.
Algunos de los principios de la Academia son “la pasión por el Reino, la comunión con la Iglesia, el liderazgo desde el servicio, la relegitimación de la política como bien común, la pluralidad, el compartir el sufrimiento de nuestros pueblos o la amistad como criterio de verificación de toda experiencia cristiana”.
En el consejo general directivo de la Academia están, entre otros, los cardenales Aguiar y Osoro, el exvicepresidente de la Cámara italiana, Rocco Buttiglione, el secretario de la Pontificia comisión para América Latina, Rodrigo Guerra, el ex secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, el presidente ejecutivo de ‘Somos Community Care’, Mario Paredes, el director general, José Antonio Rosas o el director ejecutivo para Europa, Javier de Cendra.
Este último presentó el aterrizaje de la Academia de Líderes en España (y en Europa), centrada en “la política entendida como vocación para servir, en la pluralidad de sensibilidades y en la amistad orientada a los más débiles”. Para lograrlo, avanzó una serie de proyectos, congresos y seminarios a realizar durante el años 2023.
Por su parte, el cardenal Osoro, tras agradecer las facilidades otorgadas por la Universidad Francisco de Vitoria, quiso dejar claro, desde el principio, que “esta Academia no es de la UFV” y que “lo que nos identifica es la identidad cristiana, para intentar cambiar este mundo”, abriendo las puertas “a todos los católicos presentes en todos los partidos y en sensibilidades muy distintas desde la adhesión a la fe y a la Iglesia”. Y puso como ejemplo de esa pluralidad de sensibilidades, al padre Agustín, cura de la Cañada Real, presente en el desayuno, “un cura mío, al que quiero mucho, y que está defendiendo a los más pobres”.
Porque, según el cardenal de Madrid, “estamos en una nueva etapa histórica, en la que tenemos que ser capaces de no retirarnos a lugares seguros, sino de salir a la calle y ser protagonistas en esta nueva etapa política”.
De ahí que Osoro concluyese asegurando que su misión en la Academia “es abrir la puerta con cabeciña, como decíamos en Ourense, para acoger a todos, en un gesto y en una dinámica que sólo puede hacer la Iglesia”.
Tras diversas intervenciones (entre ellas la del cura Agustín, preocupado por el “sesgo” conservador que acecha a la Academia), el acto concluyó con el agradecimiento a los asistentes por parte del cardenal Osoro, del director general, José Antonio Rosas, así como una foto de familia.
Artículo cortesía de Religión Digital, autor José Manuel Vidal